Es oficial. Estamos teniendo una ola de calor en los Países Bajos, la primera desde 2006. O al menos eso nos comunicó ayer en un correo el departamento (de una persona) de recursos humanos de mi oficina. Dicho correo adjunta el dibujito de un monigote asfixiándose junto a un ventilador y una serie de consejos que jamás hubiéramos imaginado tales como no ponerse al sol o beber mucha agua. Es lo que tiene vivir en un país que por lo general no alcanza temperaturas muy elevadas. Además recomienda a los que trabajamos en las zonas más calientes del edificio que ocupemos el sitio más fresco de algún compañero que esté de vacaciones. A buenas horas mangas verdes, que tras todo este ardiente mes ya podíamos estar agonizando de un golpe de calor. Sin embargo los habitantes de Amsterdam saben buscarse la vida sin necesidad de este tipo de consejos.
Y es que si en el crudo invierno sacan partido a los canales congelados poniéndose a patinar encima, cuando el sol aprieta también se dedican a buscar soluciones creativas en su entorno sin hacer ascos a ninguna alternativa.
El razonamiento es simple ¿Que tienes mucho calor? Pues a bañarse a la fuente, que está fresquita y muy a mano. Al final los retorcidos somos nosotros, que no nos metemos en una fuente ni a las puertas de la asfixia pero vemos de lo más normal hacerlo cuando... gana un equipo de fútbol. Lógico.
Jóvenes con su toalla, señoras remojando los pies, perrillos retozando al borde de la deshidratación y niñas en braguitas correteando por esas aguas de dudosa salubridad. Este es el panorama en una fuente neerlandesa cualquiera en uno de estos raros días en que el calor abrasa los Países Bajos. Para muestra un botón:
Y eso que a la estampa de la foto le falta el sonido, pues toda la bucólica escena estaba amenizada por unos negros que aparecieron espontáneamente para tocar el djembé. Cosas del día a día en Amsterdam. Y esto no es nada, sólo una fuente pequeña. Si un chorrillo de agua en la calle incluye inevitablemente uno o dos infantes retozando en paños menores, imaginaos el resort acuático que tienen montado en el estanque del Vondelpark.
Así que ya sabéis, si os entra un sofoco en plena vía pública no dudéis en meteros en la fuente más cercana. Nadie os mirará raro, aquí es normal. Como todo. Sin embargo si preferís aguas más higiénicas podéis consultar en esta web, que recoge los lugares de Holanda en que el agua está limpia y puede uno bañarse con total tranquilidad.