A la espera de la entrega de los Premios Goya, con un total de 16 nominaciones, tras no lograr el Golden Globe Award a la Mejor Película Extranjera ("Nader y Simin, Una separación"), y tras no ser seleccionada como representante internacional del cine español de 2011, ya parecía prácticamente visible el fracaso de la última cinta del director manchego. Y es que "La piel que habito", film basado en la novela "Tarántula" del francés Thierry Jonquet, tiene adeptos y detractores, lo que explica su ausencia en los Oscar y su sorprendente victoria en los BAFTA, superando a la gran favorita (favoritísima) "Nader y Simin". Espléndida banda sonora de Alberto Iglesias y reencuentro Almodóvar-Banderas aparte, "La piel que habito" tiene ese nosequé entre peripatético y morboso que atrae, que te sumerge en un mundo de depravación y tortura pseudo-psicológica y visceral, con acercamientos atenuados a la manifestación externa de la paranoia y la obsesión propia de la obra de Darren Aronofsky (taladro en "Pi, fe en el caos", fascitis en "Réquiem por un sueño", planos de heridas en "The Wrestler" y "Cisne negro", etc...), fruto de la exteriorización del dolor interno más psico-patológico. Sin embargo, sería completamente incorrecto entrever cualquier conexión o influencia entre el tratamiento que le da Almodóvar a la demostración de la psicología y la constante en el trabajo de Aronofsky. No tienen nada que ver uno con otro, en ningún sentido, únicamente recalcar la importancia que ambos confieren (Almodóvar solo en esta película que se aleja de su modus operandi) a la relación entre fisiología y sufrimiento físico con la interioridad (psicología, personalidad y temperamento).
A falta de pan...BAFTA: "La piel que habito" (2011) de Pedro Almodóvar
Publicado el 21 febrero 2012 por CdedomingoA la espera de la entrega de los Premios Goya, con un total de 16 nominaciones, tras no lograr el Golden Globe Award a la Mejor Película Extranjera ("Nader y Simin, Una separación"), y tras no ser seleccionada como representante internacional del cine español de 2011, ya parecía prácticamente visible el fracaso de la última cinta del director manchego. Y es que "La piel que habito", film basado en la novela "Tarántula" del francés Thierry Jonquet, tiene adeptos y detractores, lo que explica su ausencia en los Oscar y su sorprendente victoria en los BAFTA, superando a la gran favorita (favoritísima) "Nader y Simin". Espléndida banda sonora de Alberto Iglesias y reencuentro Almodóvar-Banderas aparte, "La piel que habito" tiene ese nosequé entre peripatético y morboso que atrae, que te sumerge en un mundo de depravación y tortura pseudo-psicológica y visceral, con acercamientos atenuados a la manifestación externa de la paranoia y la obsesión propia de la obra de Darren Aronofsky (taladro en "Pi, fe en el caos", fascitis en "Réquiem por un sueño", planos de heridas en "The Wrestler" y "Cisne negro", etc...), fruto de la exteriorización del dolor interno más psico-patológico. Sin embargo, sería completamente incorrecto entrever cualquier conexión o influencia entre el tratamiento que le da Almodóvar a la demostración de la psicología y la constante en el trabajo de Aronofsky. No tienen nada que ver uno con otro, en ningún sentido, únicamente recalcar la importancia que ambos confieren (Almodóvar solo en esta película que se aleja de su modus operandi) a la relación entre fisiología y sufrimiento físico con la interioridad (psicología, personalidad y temperamento).