A la búsqueda del somier ajeno

Por Francisco Enrique Perez Ruiz-Poveda @PATXIPE


Este vecino del mundo cada vez que ha oído eso de que con la crisis encontrar trabajo es muy difícil, siempre ha contestado lo mismo: No, si trabajo hay y mucho, otra cosa es que no quieren pagar. Y si seguimos así, con unos empresarios tan cicateros, cualquier día va a ocurrir, que el que trabaje va a tener que pagar por tener la suerte, si se puede decir así, de currar.

Y, el tiempo, ese juez que muchas veces, las más, ha puesto a la gente en su sitio, y que ha repartido más de una taza por aquello de “si querías una taza, taza y media”, ha querido que prácticamente no es que el destino nos haya alcanzado sino que nos ha atropellado.
Ya lo de los contratos  por un día ha quedado corto, y ahora, nos enteramos por un anuncio del periódico Heraldo de Aragón, que un padre, pensionista, dolido por ver a su hijo, altamente preparado, sin poder encontrar un trabajo digno, ofrece 5.000 euros para que algún empresario le dé un trabajo.
Hay una película americana de ciencia-ficción que se titula “Cuando el destino nos alcance”, y aunque el tema de aquella película era otro, el título en español (el verdadero, el inglés, “Soylent green”, se refería a otro asunto, que también daba mucho que pensar…) casa con lo ocurrido con esta noticia.

En un día en el que se han sabido las cifras del paro en Agosto pasado, habiendo aumentado, pese a que es un mes en el que habitualmente suele bajar, por el turismo, nos siguen intentando hacer comulgar con ruedas de molino, con frases como "que estamos en el camino correcto", y blablablá…, porque las elecciones se acercan, y mucho.

Sin embargo, muy de tapadillo, y por la retaguardia del Gobierno, nos aparece la historia de este anuncio, y eso debe de hacer sonrojar, si es que siguen teniendo capacidad de hacerlo, a los que nos quieren hacer una especie de timo del tocomocho para que les sigan votando y continuar, así, viviendo de nosotros, y no tener que recurrir, presuntamente, una vez en el paro, a las puertas giratorias que siempre les dirigen, antes era a los bancos, y ahora a las eléctricas.

Lo triste del caso es que esa frase tan popular de “Encima de …. pongo la cama” está tan cercana, que más de uno ya ha ido a pedir prestado el somier, porque ni para eso tiene dinero… ¡Ver para creer!


"ANUNCIO: HERALDO DE ARAGÓN