Decidimos pedir dos entrantes distintos para compartir, empezando por la "ensalada de ventresca con patatas al romero y espuma de puerro antequerana" y "ravioli de setas con foie a la plancha y caramelo de vino". En cuanto al primer plato, la ensalada era similar a una que probé con las chicas en el menú del día (aquí os dejo el post) y recuerdo que aquella vez la cantidad de ventresca era mayor, y eso que era un plato del menú. En esta ocasión, me esperaba al menos, lo mismo siendo además un plato a la carta. Pero los raviolis que comimos después nos dejaron sin palabras: apenas había ocho raviolis, eso si de gran tamaño, y con un intenso sabor a setas, que estaban en su punto tanto de cocción como de calor (y digo esto, por que no hay nada peor que comer la pasta fría) acompañados de un trozo de foie a la plancha, algo que tanto a mi querido amigo como a mi, nos vuelve locos. Un plato que puede parecer normalizo, pero que es perfecto incluso como segundo de lo intenso que es.
Para continuar, mi compañero se quedó con más ganas de foie, así que qué mejor que "solomillo, foie y su jugo". Al servirnos, me di cuenta de que por la cara que ponía mi amigo, la carne estaba excesivamente cruda para su gusto, así que se lo hicimos saber a la camarera, para que lo pasara un poco más. Y al ocurrir esto, nos dimos cuenta, de que la camarera no nos preguntó cómo queríamos la carne, si poco o muy hecha, o al punto, algo que nos hubiera evitado la segunda entrada del plato a la cocina. El solomillo, ya en su punto, correcto, y el foie, un gran medallón, que mi amigo se comió encantado.
Y yo, que últimamente me da por innovar, se me ocurrió pedir el pato en lasaña, con toda la buena suerte de que no les quedaba (¿?) pero en cambio tenían pato confitado, algo que no suelen tener en carta, así que era una buena manera de probar algo que difícilmente iba a volver a ver. Tengo que decir que soy extremadamente visual con la comida, lo primero que miro es la composición, la distribución y los colores de lo que me voy a comer, y cuando vi el pato me llevé una pequeña decepción: un muslo de pato con algo de salsa, que tenia un pase, pero el acompañamiento, no entendí nada. A ver, una especie de cubo hecho con dos lonchas de pepino, en cuyo interior había unas hojitas de lechugas, todo ello atado por un palillo redondo y coronado por un pepinillo en vinagre. ¿¿Esto es una broma?? Bien, vale, como intento de nouvelle cuisine de una inútil como yo para hacer la gracia en mi casa, pero para servir en una cena, pues como que no le vi la gracia. Hubiera agradecido un puré de patatas, unas verduras al vapor, o cualquier otra cosa que la arquitectura en pepino que me sirvieron.
Menos mal que siempre me queda el "couland de chocolate con frutos rojos" para coronar la cena. Llegados a este punto, la mayoría de las parejitas que nos rodeaban ya nos miraban con cara rara, al verme cada dos por tres sacar la cámara y pegarle manotazos a mi amigo (sorry, que te quiero mucho!!jajaja) para poder inmortalizar la cena y escribiros la crónica intentando mantener el anonimato. Supongo que llegará un día en el que los hosteleros me reconozcan, solo por pesada, y no me quedará más remedio que descubrirme. Eso sí, los primeros, serán mis nuevos amigos en Twitter (si, si, vosotros, ya sabéis quienes sois, a los que os dedico mis meriendas, y mis #FF un miércoles!)
NOTA: los platos en color son tal cual aparecen en la carta.
ATRIL20UNOhttp://www.atril21-restaurantecampos.comc/Bertendona 3, 5º planta. Bilbao9449079259
Me parece un sitio original para ir a comer el menú del día, o para darse un capricho en una cenita tranquila. He estado ya varias veces, y siempre ha sido una grata experiencia, aunque si que es cierto, que en esta ocasión, quisimos sacar una botella pequeña de vino, (yo conduzco), y no tienen ni una sola alternativa (ningún vino, ni champagne, ni cava) para que se la tome una sola persona, y eso que suelen ir muchas parejas. Tanto la ensalada como el foie y el solomillo, son buenos platos como para poder repetir, mientras que el pato, fue un tanto decepcionante: me recordaba a las latas de pato confitado, encima el cubo ese de pepinillos, como que no ayudaba y el palillo cortado en la punta, menos. El couland de chocolate esta muy bueno, y con los frutos rojos, fue todo un acierto!Lo bueno de este restaurante es que cuentan también con varios platos para una opción vegetariana, además de la posibilidad de hacer la reserva de manera tradicional, por teléfono y también rellenando un formulario online, con el cual recibes un SMS (si, como los que me mandaba S, ahora se ha pasado al whatsapp) de confirmación de la reserva. ¡Me encantan las nuevas tecnologías!
Ensalada+raviolis+solomillo+pato+couland+café+dos botellas de agua+una copa de vino= 76€
Menú del día (bistrot), 18€+Iva