¡Aquí no hacen falta las energías renovables! Eso es lo que debe pensar el Gobierno español tras presentar el pasado viernes su reforma energética. Sólo año y medio ha bastado para poner a España a la cola de los países con visión energética de futuro, y además con una imagen internacional de inseguridad jurídica.
Un nuevo Real Decreto-ley, sin participación de los agentes implicados, la sociedad en su conjunto, ve la luz. El texto normativo acaba definitivamente y de forma retroactiva con las primas a las energías renovables. O lo que es lo mismo, adiós a seguir apostando por cambiar nuestro sistema energético durante las próximas décadas.
Nuestro Gobierno deja que sean compañías como Iberdrola, empresa enemiga de las renovables, quienes dicten como tiene que ser el futuro energético de España. Es lo que tiene que los intereses económicos de unos pocos prevalezcan sobre el interés general. Pero como quijotes debemos seguir luchando por lo que consideramos necesario y de justicia. El futuro pasa por las energías renovables cualquier otra opción nos llevará al desastre económico, social y ambiental.