Cómo hace la gente que no piensa tanto como vos, me preguntas, cómo hace para resolver los problemas de pareja sin hacer tanta teoría. Yo miro la ruta que apenas se ilumina con las luces de nuestro auto. Suspiro. No sé, serán como hojas en el viento te digo y me río. Algo deben hacer para poder superar estos problemas sin tanto libro y tanta terapia, insistes. Y… no sabemos si hacen terapia o leen libros, los conocemos poco, pero sabemos también que muchos terminan separados o engañándose, o que siguen juntos pero a la deriva hasta que no dan más y se separan. Silencio. Yo no quiero ir a la deriva con vos, quiero elegir cada paso que damos, quiero que nos elijamos. Ahora sos vos el que suspira. Tengo la sospecha de que internamente me das la razón y ya con eso me siento satisfecha. Sacas la mano del volante y la pones sobre mi rodilla, te amo me dices. Y entonces confirmo mi sospecha, aunque al mismo tiempo me aparece otra que espero no tener que confirmar nunca, y es que si algún día esta vida nos gana todas las batallas y terminamos separados, vas a huir de mí con espanto a vivir otra vida un poco más liviana, sin tanto enredo, sin tanto drama… y un poco más a la deriva.