A las puertas de Pakistán

Por Diegoibarra @DiegoIbarra_S
Cara a cara, sin portar ninguna arma, los soldados se miran disciplinados con los últimos rayos de sol mientras un entusiasmado público enarbola enérgica y casi febrilmente los colores de su país. El paso fronterizo de Wagah alberga la tradicional izada de la bandera mientras las fuerzas militares teatralizan una animosidad que ya ha causado tres guerras y media y que recuerdan en el subconsciente colectivo el sentimiento de profunda enemistad enjaulado en sus corazones.
Al grito de "Pakistan sindabad, yibe yibe Pakistan", Pakistán es maravilloso, larga vida a Pakistán comienzan a llenarse las gradas. Desde estas atalayas se pueden observar las antiguas tierras de los agricultores. Ahora propiedad de las extensas vallas electrificadas acompañadas de centenares de minas antipersona.
El territorio que hoy comprende India, Pakistán y Bangladesh, conocido como el Raj estaba bajo control británico en 1947. En agosto de ese año, la colonia británica se independizó provocando la escisión en función de las dos religiones mayoritarias: el hinduismo e islam. La partición fue un proceso doloroso. MientrasMohammed Ali Jinnah, fundador de Pakistán, disputaba con Jawaharlal Nehru, el primer ministro indio, el reparto de los territorios, la población iba conociendo la noticia a través de las ondas radiofónicas. Más de medio millón de musulmanes, sikhs e hindúes murieron durante los disturbios y masacres que se produjeron, así como la creación de cantidades ingentes de bolsas de desplazados obligaron a unos diez millones de personas a abandonar sus hogares de origen… Mientras, el conflicto de Cachemira se dilata en el tiempo. Los últimos atentados y la implantación de la ley Saria en el Valle de Swat dejan al descubierto los imperecederos brotes anárquicos de un país que vaga a la deriva reflejando en el horizonte pinceladas de su carácter ingobernable, insostenible, e impredecible mientras las relaciones con su parte amputada, la India, se gangrenan inexorablemente.