Los que me conocéis, sabéis que me gusta buscar cafeterías diferentes -y por eso Corea me encanta, porque en Seúl podías elegir dónde poder ir y siempre había sitios cucos-. El caso es que claro, aquí no iba a ser una excepción, así que dando un paseo por Google maps me puse a mirar qué había por mi barrio digno de visita.
Encontré una cafetería que vende libros y vinilos -paraíso-. En realidad creo que es más una tienda de libros de segunda vida y vinilos que ofrece café, pero da igual, al final es estar rodeado de cultura. Allí que me fui con un amigo nuevo que vive a un bloque de distancia -algo que ninguno de los dos nos podíamos creer-.
Nos tomamos un chocolate caliente sugerencia del barista. Ya os podéis imaginar que el chocolate caliente fuera de España no tiene nada que ver con el que nos tomamos allí. Ni es espeso ni hay churros para acompañar ni nada, pero estaba rico y calentito, que con el frío que hizo ese día se agradece.
Eché un ojo a los libros y vinilos que había y sé que es un sitio al que voy a volver con más tiempo y calma. Es posible que les pida permiso para hacer unas fotos y así os lo pueda enseñar en instagram. Por suerte aquí la gente es muy agradable, así que espero que no me den una negativa.
Por otro lado, la parte graciosa del día fue al regresar. Me fui a hacer la compra semanal de comida, dado que mi frigorífico no permite mucho más en cuanto a espacio, y al volver a casa, que son unos 10 minutos andando, el milagro fue llegar viva y entera sin cardenales. La nieve había dejado paso a hielo en las aceras y ni las mejores botas del mundo evitaban resbalones. Imaginaros la situación: yo con mi bolsa de la compra, caminando como un pato, resbalando y haciendo aspavientos mientras los lugareños me adelantaban -los pocos que había por la calle-. Afortunadamente mi amigo iba conmigo, así que me agarré de su brazo de tal manera que si caíamos, caíamos los dos. Aquí o todos o ninguno, favoritismos cero.
Por suerte nadie cayó al suelo, todos volvimos a casa bien, y he sobrevivido a otro frío día en Toronto. Y los que me quedan que me han dicho que hasta abril esto sigue así e incluso es posible que en mayo nieve todavía. Ni en Seúl mis amigos están pasando tanto frío como aquí.
Aparte de eso, he visto Little Italy, que es un barrio italiano -o eso dicen-, con restaurantes de comida italiana y cafeterías y poco más. He seguido investigando mi barrio, he encontrado el típico bazar de cosas más baratas, aunque aquí es más parecido a un supermercado; alguna cafetería bonita con exposiciones de foto o pintura, una tienda de cosas de cine, una biblioteca pública... La verdad es que mi barrio no está mal, es tranquilo y tiene prácticamente de todo.
Fui a una de las que cafetería bonitas que he mencionado, esta es cafetería-galería, así que había una exposición de pintura en el momento. Seguro que volveré.
Aparte de eso, también he visitado el bazar del todo al dólar, llamado Dollarama, -que luego es mentira-, y algo que me pasa siempre es que se me olvida que a los precios de las cosas luego hay que sumarle las tasas, por lo que si vas a comprar algo que vale 1,50$ en realidad no es así, el total son 1,77$ aproximadamente. Hay que estar atento siempre.
Tengo que decir que entre los precios y las distancias, Toronto es confuso. Pero seguiré investigando y os seguiré informando.
Cambio y corto.