Ningún montañero de Santa María podrá olvidar a este jesuita de corazón gigante a lo Javier pero de candidez franciscana.
Les comparto la nota que he recibido de mi hermana Marian Benito que acaba de participar en el funeral en Villagarcía de Campos. Gracias, Señor, por Padre tan singular, dale tu eterno descanso, junto a la Madre a la que tanto quería.
Acabamos de regresar de Villagarcía de Campos, hemos ido Susana Calle y yo en representación de las Cruzadas y lo he tenido muy presente. También había algún cruzado y montañeros de Santa María. El funeral ha sido a las 4.30. muy sencillo y a la vez muy emotivo.
Después hemos acompañado su cuerpo hasta el cementerio rezando el rosario, hemos saludado al superior y nos hemos regresado.
El superior decía que ayer precisamente el Padre había empezado a vivir cuando terminaba la novena de la gracia a san Francisco Javier. A sus 96 años su vida había sido una respuesta a la lectura:Todos nosotros debemos dar la vida por los hermanos… hay muchas maneras de dar la vida y él la ha dado como padre espiritual en los colegios de Gijón, Vigo, Comillas, trabajando con adolescentes en el apostolado de la paciencia y el amor, forjando una personalidad humana y cristiana. Después de consiliario de los montañeros de santa María junto a los cruzados, en un medio más exigente, impulsando a más entrega y amor… campamentos, subidas, disciplina, alegría.
De este conocimiento de Jesús sacado de los EE y de la Eucaristía brotaba su profundidad espiritual. Contaba el superior cómo le impresionaba su mirada tan viva al altar durante la misa de la enfermería, ya casi no caminaba, en su silla de ruedas, ni oía… pero le quedaban su ojos, voz y manos para expresar su devoción a la Eucaristía. Tantas personas que se han beneficiado de su ministerio, laicos comprometidos, sacerdotes, matrimonios, jóvenes a quienes ha ayudado a descubrir su vocación..
Demos gracias a Dios por el Padre Llorens…