Que la hagiografía de Carlos Monsiváis -por lo demás, bastante merecida- la hagan en otras partes. Yo quiero recordar a Monsiváis como el fundador, en 1961, del seminal grupo Nuevo Cine -al lado de José de la Colina, Rafael Corkidi, Salvador Elizondo, Jomi García Ascot y Emilio García Riera, entre otros-; como miembro del consejo de redacción de la revista del mismo nombre, la primera de su tipo en México; como editor del legendario suplemento La Cultura en México de Siempre a partir de 1972 y durante más de una década; como el solidario editor que, cuando le exigieron que corriera a Jorge Ayala Blanco de ese suplemento, en su lugar le subió el salario... Para acabar pronto, como uno de los miembros más distinguidos de la primera generación de cinéfilos/cinecríticos de este país. Aquí, una muestra de su pluma cinecrítica, publicada en La Cultura en México el 13 de septiembre de 1973:
"Durante una década se supuso que el almacenamiento de La Rosa Blanca de Roberto Gavaldón se debía a presiones políticas ('ofendía a los Estados Unidos'). Al distribuirse ahora, las sospechas sobre su exclusión han recaído sobre misteriosos factores personales o sobre un (imposible e impensable) censor revanchista guiado únicamente por razones estéticas. La Rosa Blanca es , sólo, una melancólica comedia de las equivocaciones. Todo se confunde: la xenofobia con el nacionalismo económico, las declaraciones del lopezmateísmo con las reivindicaciones del cardenismo, el desclasamiento servil del peón de hacienda con la radicalización campesina y -lo más imperdonable- el trabajo de Roberto Gavaldón con el de un director de cine".