A menos dinero, ¡mejor consumo!

Por Briconatur @Briconatur
Published on 27 mayo, 2014 under Bricolaje

Para entender el presente y poder proyectar el futuro, hemos de estudiar y comprender el pasado.

El comercio, históricamente, es tan antiguo como la civilización y su nacimiento se debe a la imposibilidad de producir cada sociedad lo que necesita, es ahí donde aparece, en un primer momento, el trueque, que consiste en el intercambio de bienes para satisfacer las necesidades materiales básicas. No podemos obviar que el comercio nace y se desarrolla con un evidente y claro objetivo: el ánimo de lucro, inherente a la naturaleza humana.

Hoy en día se considera, en nuestro actual modelo de sociedad, que una mayor oferta de bienes de consumo es fundamental para lograr un mayor bienestar y desarrollo personal. Esta mayor oferta disponible debe de ir acompañada con un crecimiento del consumo de modo exponencial, pues a mayor consumo, mayor grado de realización personal y colectiva. Estos condicionantes están asociados a que el crecimiento económico ha de estar al nivel de exigencia de consumo. El problema del modelo es que la economía puede crecer ó no, con lo que la premisa de aumento asociado de consumo puede también desmonorarse con ella, que es lo que viene ocurriendo en estos últimos años.

Y ahí, es donde estamos en la actualidad, ese es el escenario. Nuestro presente, está ligado a una menor renta disponible (para la mayor parte de la población), tenemos menos dinero para gastar en bienes comprables. Aquí es donde creo que nuestro de modelo de consumo ha de ser mejor, debe primar la calidad frente a la cantidad. Hay que aumentar la eficiencia del modelo de consumo actual, primando el comercio responsable.

Es evidente que el modelo de consumo anterior está agotado, todos los indicadores así lo indican, a este respecto hay que recordar que el 20% de los humanos, controla el 85% del comercio mundial, ejemplo de desigualdad extrema.

El mejor consumo, está basado en un modelo de producción-consumo más sostenible en el tiempo, para ello hay que acortar el camino recorrido entre el productor-consumidor. Aquí la responsabilidad de todos los actores implicados es crucial (administraciones, productores, distribuidores y consumidores).

El consumidor puede primar a los productos/distribuidores que sean acordes con un comercio equilibrado o, en cambio, puede castigar con su “no consumo” a aquellos que por el contrario favorezcan la desigualdad en el sistema. En este punto, los consumidores, necesitan una mayor información y mecanismos de participación para ejercer su responsabilidad individual y colectiva en las compras.

El consumidor del futuro, será un consumidor sensibilizado, informado, crítico y conciente y los distribuidores que quieran acceder a él, obteniendo los favores de su compra, deberán estar preparados para el enorme desafío que el nuevo escenario les plantea.

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