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2017 actualidad // Miguel Benavent de B. // Opinión
A MI AMADA -Y HOY TRISTE- BARCELONA
Ya sabes que estoy enamorado de ti, Barcelona! De tus rincones milenarios, de mis mágicos momentos recorriendo tus calles y plazas! No es un mérito estar enamorado de ti, también lo estuvieron los romanos, los griegos, los fenicios y todos los que supieron admirar y amar tu entorno rodeado de montes que hacen de ti un lugar singular, reducido y, a la vez, abierto al mar y a lo que hay más allá de él! Porque Barcelona siempre ha sido y es una ciudad abierta a la cultura y a la contracultura, a la diversidad, a la tolerancia, al acogimiento de propios y extraños! Por sus calles milenarias han pasado y pasan diariamente miles de personas de diferentes nacionalidades, culturas, edades, religiones y todos conviven en este crisol de gentes que es hoy y siempre Barcelona.
Pero justo al lado del amor, a veces también está el odio! Y una ciudad como Barcelona no podía ser menos: Niza, París, Berlin, Manchester… y otras tantas ciudades que han sufrido de alguna manera el odio propio o el ajeno! Seguramente un odio motivado por el miedo, por el miedo a ser o a dejar de ser, a tener o a perder, a solo parecer o a ser. Y a eso le llamamos terrorismo, aunque no es solo terrorista quien organiza atentados o quien conduce una furgoneta o quien empuña un arma y atenta contra el otro, aunque sea anónimo! Es terrorista quien impone por la fuerza -o sutilmente- sus convicciones y creencias, su credo o su religión, sus ideas o sus emociones! Es terrorista quien provoca y promueve -o financia- directa o indirectamente, con nocturnidad y alevosía -o ya sin ella- la desigualdad, el agravio comparativo, la injusticia, la diferencia y la indiferencia, la intolerancia, la falta de educación o de respeto, la deshumanización de la sociedad, el clasismo y la xenofobia, la casta o los descastados, etc. y lleve turbante o corbata, sea ciudadano, empresario o político, hombre o mujer, joven o viejo!