Un vestido de la firma francesa Cymbeline que me enamoró en cuanto me lo probé y que no tenía nada que ver con la idea que yo llevaba en mi cabeza cuando acudí al atelier.Yo quería llevar manga, me casaba a finales de octubre y en Santander en esas fechas lo normal es tener un tiempo plenamente otoñal, así que mi idea original consistía en un vestido clásico y liso con un abrigo de encaje encima del estilo del de la imagen.
Pero me probé varios vestidos de ese tipo y no me decían nada. Así que tuve que cambiar de registro y este fue el resultado. Un vestido diferente a todos los demás que había visto y que, a día de hoy, seguiría siendo el vestido elegido para mi boda.
Como complementos llevé unos pendientes de oro blanco con brillantes y perlas y una pequeña cruz de oro blanco y brillantes. Las flores del tocado y el ramo de novia, de rosas desecadas, me los hicieron por encargo en un pequeño taller de flores secas que ya no existe.
Espero que os guste tanto como me gustó a mí en su momento.
Un beso.Mónica