Ya he perdido la cuenta de las veces que me lo han dicho en las últimas semanas y aún así no salgo de mi asombro. Pero lo realmente curioso de esta nueva forma de huir del periodista es que no la dice al que estamos enfocando, sino un tipo desde una esquina y a gritos al que ni estamos grabando... ni intención tenemos de hacerlo. Como si fueramos un toro al que llamar para luego salir corriendo.
A quién se le ocurre decirle precisamente a un periodista no me grabes que estoy en busca y captura.