A pelo

Publicado el 21 noviembre 2015 por Icastico

Arrancarte un pelo de la cabeza produce un liviano dolor que en otras partes del cuerpo varía en intensidad (en la nariz, sin ir más lejos). Si quieres neutralizar la sensación te das una bofetada con ganas al mismo tiempo que tiras del cabello y ni te enteras porque el daño del cachete se sobrepone al capilar. Fue uno de los escasos experimentos pueriles que sobrevivió a aquella no tan inmadura etapa y aun hoy tiene efectos prácticos en mis tablas comparativas. Por ejemplo, llevábamos una temporada enfangados en el tema catalán sin saber nada más de otras repúblicas y de pronto en la francesa se producen unos dramáticos acontecimientos que dejan el debate soberanista en su punto exacto: una chorrada, y ojo, que me den muchas chorradas de estas y no una locura desmelenada por huelga de peluqueros. Prefiero una alopecia tenaz a un cráneo poblado con pelos de punta.

El 20 D culmina un eslalon electoral iniciado allá por abril de 2014 con las elecciones al parlamento europeo, seguidas por las andaluzas, las municipales, las autonómicas y las catalanas si no me dejo atrás alguna. De turrón nos caen las generales. Nunca tan feliz fue la mentira campando a sus anchas, ni tan elegante el postureo, ni tantas mudanzas hubo de barrio ideológico, ni tanto Master Chef a la búsqueda de la Receta de Siglas perfecta ni nunca se hicieron tantos agostos en las cadenas de televisión como en el tramo de marras a golpe de histéricos debates. Todos los actores políticos andan perdidos en la búsqueda del centro. Cuando se busca con tanto ahínco es que ha sido poco frecuentado.

Se retoma el cuerpo a cuerpo entre dos de los pesos pesados más livianos de cascos. Uno que juega al escondite detrás de un plasma, detrás de un “Luis se fuerte hacemos lo que podemos”, para que lo descubran en conserva cuando era más fácil verlo tan fresco como estaba, como es él. Al natural. Presidente de una España cada vez más Una, Grande y Libre, que así la acuñó el dictador Franco cuando menos tenía de esas tres características. Al otro lado del “cuadrilátero”, Más. Más corrupto, Más temerario, Más irresponsable, Más egoísta, Más zorro. Más me importa un bledo. El president que pretende robarle Cataluña a España, no se puede encontrar mejor profesional. Casi nada al “aparato”, como decía mi viejo, solo que el aparato es un iceberg a la deriva cuyo peligro es justamente lo que no se ve, para eso están las puntas de iceberg, para señalar lo oculto, y ahí va, gélido, con estos dos capitanes al frente a la búsqueda de un Titanic. Luego vendrá la frase para la posteridad, que será una variante de “esto ya se veía venir” o “un vaso es un vaso y un plato es un plato”. Dos inútiles son dos inútiles.

Mientras tanto y a río revuelto regresa el grito de ¡Viva España!, sin prisa pero sin pausa (ni detenciones), ese que trae olor a cuneta, pronunciado justamente por quienes desprecian la vida (de los que no sueñan con la bandera Una, Grande y Libre). Aliento que apesta a odio crónico, insaciable e insano. El odio siempre se libra del paredón para convertir en tartamuda a la Historia, que se repite hasta la saciedad. Yihadismo casero. Tendremos que darnos una buena bofetada, a tiempo.