Cuando se consumó el descenso a Liga Adelante, casi todo el entorno zaragocista estaba convencido de que, a pesar de los enormes problemas institucionales y deportivos, se lograría, como en las 2 temporadas anteriores, formar un grupo que fuera capaz de lograr la vuelta a la Liga BBVA. Nada más lejos de la realidad. A falta de 5 partidos para finalizar la actual temporada, la situación es que el playoff de ascenso está a 6 puntos mientras que el descenso se encuentra a sólo 4. Desde el entrenador el discurso es claro, hay que asegurar la permanencia en la categoría de plata, poco más que objetar. Bien es cierto que la historia y masa social del club invitarían a pensar que estas aseveraciones son impropias, pero la realidad deportiva indica que se ciñen a la verdad.
No es fácil afrontar una temporada tras perder una categoría pero parece que, todo lo que se podía hacer mal, se ha hecho. Desde la elección del entrenador, Paco Herrera, de sobrada experiencia pero con un carácter que no ha conseguido transmitir ni a la plantilla ni a la grada. Se suponía que aparte de resultados, el técnico atesoraba un buen gusto por el trato del balón, hecho que no demostró en su estancia en Zaragoza. Peleado con varios miembros de la plantilla, con bastantes dudas a la hora de confeccionar las alineaciones y sin saber aislar al equipo de las inferencias nocivas de la directiva.
No ayudaron los problemas con Paredes, capitán del equipo, ni con Movilla, con gran ascendente entre la plantilla, hasta ese momento titulares y que terminaron saliendo por la puerta de atrás. Pese a que deportivamente se dudaba de ambos jugadores, no fueron correctas las formas de su despido. El tema está en los tribunales, otro esperpento. El tratamiento a los jugadores veteranos es un aspecto a destacar, habitualmente se ha contado, en la alineación inicial, con 2-3 de estos futbolistas, a la espera de que aportaran experiencia y saber estar, sin embargo, su rendimiento ha sido cercano a la nulidad, ni los ya nombrados ni Barkero ni el regresado Luis García han estado a la altura, han sido de los más criticados por la afición.
Contrasta con el tratamiento a la cantera, puesto en entredicho en la última década, Rico ha sido la aportación principal, con un rendimiento irregular, pero que se podría resumir en decepcionante, Laguardia, tras varias cesiones, ha demostrado que quizá le venga grande la elástica blanquilla, el resto de jugadores, curiosamente los que son de centro del campo para adelante, han contado con muy pocos minutos, otro aspecto a reprochar al cuerpo técnico.
En resumen, se ha demostrado como no se deben hacer las cosas, posiblemente se acabe la temporada más cerca del descenso a Segunda B que del playoff de ascenso a Liga BBVA. La esperanza de los seguidores zaragocistas es que se haya aprendido la lección.