A perro flaco...

Publicado el 23 enero 2014 por Cspeinado @CSPeinado
Si hay algo que le ha venido estupendamente a España para ver lo sumamente inadaptados que estamos al mundo, es una crisis económica. En mi opinión, el dinero es la base fundamental sobre el que se erige nuestra sociedad. Nada de milongas del Amor, el Respeto y todas esas mamarrachadas. Quédate sin trabajo, sin pagar la hipoteca y verás el Amor por donde sale. El dinero mueve el Mundo y en España se ha malgastado a manos llenas. No hablaré de sociedad, banca o gobierno. Todos y cada uno de los habitantes de éste país tenemosnuestra parte de responsabilidad. Lo único que pasa ahora es que mientras hay mucho dinero, todo vale. Todo se mantiene y mueve y el Estado absorbe pero apenas se mueve. Se despilfarra en todos los estamentos. Se gasta lo que se tiene y si no se tiene para eso están los bancos, que caray. Un préstamo, dos, tres... Así hasta que la burbuja tiende a no poder superar la tensión superficial del desiquilibrio estructural entre la oferta y la demanda y el chiringuito se va a pique sin solución de continuidad.
Las abuelitas.
Lo curioso en nuestra soeziedad, en nuestro país, es que las revueltas surgen por gilipolleces cómo Boulevares o apoyo a terroristas que salen reconvertidos en apostoles de los Derechos Humanos que ellos no aplicaron a aquellos con cuyos sesos tapizaron, de un cobarde tiro en la nuca, las calles de nuestro país. Todas las revueltas en España tienen un trasfondo de pretendida política que, lejos de buscar más empleo, mejores políticas sociales o mejor educación, sólo buscan el "quítate tú para ponerme yo". Y ello es porque la soeziedad española, esa caspa mugrienta de congéneres acomodados en la dádiva, el trapicheo y el pelotazo inmobiliario no tiene una verdadera necesidad económica. Para eso están las abuelitas. Para sostener las familias que, creyéndose con derecho a todo, en lugar de ahorrar, malgastaron, en lugar de acomodarse a un sueldo se creyeron los reyes del mambo sacando una hipoteca desmesurada, que en lugar de emprender o reciclarse se acomodaron en la obra sin tener, ni tan siquiera, el Graduado Escolar.
Se suele decir que de esos polvos que son el asentar una democracia y el sistema que lleva parejo en algo tan fútil cómo las CCAA vienen éstos lodos que suponen una bestia estatal que acumula un déficit desmesurado, una deuda increible y una absorción de recursos sin parangón en la Historia de España. Todo por jugar a un juego peligroso que no conocemos. Por dar el apoyo a un sistema que no conocemos. Salíamos de una dictadura, si. Queríamos libertad, si. La hemos cagado de recio, si. España se cae a pedazos fagocitada por el mismo Estado que teníamos durante el franquismo pero debilitado por sus propios pedazos, entregado a la vorágine de comerse así mismo y explotar a la población con el único objetivo de aguantar, un día más, sin asumir que se ha fracasado. Las abuelitas son una solución momentánea a una soeziedad inútil que ve cómo se engrosa caadaa vez más murrialla sin función útil en sus filas mientras los valores al alza emigran al extranjero.
Pena.
A perro flaco todo son pulgas. Es ley de vida. El pez grande se come a los pequeños y las Españas entán demasiado fragmentadas, son demasiado inútiles y están demasiado endeudadas para poder reflexionar. El español conquistó el mundo por huevos, no por cerebro. No es una de nuestras carácteristicas pensar más allá de mañana, quedando pasado mañana un tanto tan lejos cómo el siglo que viene. Ese hecho hace que la Crisis en España no sólo sea económica. No sea sólo una cuestión de dinero, trabajo o mercado. Tenemos un problema de identidad, un problema social, de cainismo subido que antes resolvíamos conquistando o batallando, luego lo arreglamos con una guerra civil y ahora... Intentando atraer otra dando pábulo a terroristas, separatontos e incluso mentes preclaras ancladas en un pasado turbulento que indirectamente nos ha traído hasta aquí. España no tendrá remedio mientras no entienda que en lugar de contentar a todo el mundo hay que dar de vez en cuando un puñetazo en la mesa. Las abuelitas no son eternas y el tiempo seguirá corriendo...