A praia dos afogados - Domingo Villar

Publicado el 26 octubre 2010 por Lector

Estamos ante la segunda novela del inspector Leo Caldas, que debe resolver lo que en un primer momento parece ser el suicidio de un marinero pero que posteriormente se desvela como un asesinato.

El libro es exactamente igual al primero, "Ojos de agua", tanto en lo bueno como en lo malo. Lo bueno es la sencillez con que son narrados los acontecimientos, los momentos humorísticos, los paseos por la geografía de la Ría de Vigo, así como las alusiones a la gastronomía gallega.

Lo malo, todo lo anterior, es decir, no aporta nada nuevo. La novela es excesivamente larga. El ritmo pausado, lento, no supone ningún problema en "Ojos de agua" pues es un libro muy corto, pero cuando hablamos de las 500 páginas de "A Praia dos afogados", se hace insufrible. Es repetitivo - incluso un capítulo se repite casi por completo-. El autor hace que los policías tengan "charlas" con los testigos y los sospechosos que en la mayoría de los casos son infructuosas y no llevan a nada, no detiene -o al menos interroga- a los sospechosos, cómplices o encubridores de asesinatos, permitiendo incluso que uno de ellos pueda huir. Se descuidan numerosos detalles psicológicos y perceptivos, que posibilitan o imposibilitan vías de investigación. El autor da la sensación de que se quiere recrear con los personajes y su cotidianidad, impidiendo que la historia avance. Únicamente en las últimas cincuenta páginas la historia toma ritmo de cara a la resolución, casi de casualidad, del caso. El carácter gallego de los personajes se lleva al extremo con lo que cae en la caricatura y lo absurdo. El ayudante aragonés es un personaje exagerado, tan violento que a la mínima está a golpes con todo lo que se mueve - no sé por qué no saca la pistola y empieza a pegar tiros-.

Son novelas policíacas, pero en ocasiones da la sensación de que la investigación es una mera excusa para realmente tratar otros temas que resultan de más interés para el autor.



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