Uno de los temas de la rica y polifacética poesía hispano hebrea es el del vino. Aquí algunos versos correspondientes a poemas de autores entre los siglos X al XIII.
A partir de finales del siglo XII se produjeron extensas migraciones de comunidades judías al norte de la península, escapando el dominio almohade y almorávide que se instauró en Córdoba y otras ciudades ibéricas del sur.
Con ellos, los judíos trajeron a la cuenca del río Duero en el noroeste su milenaria tradición del vino que, unida a la ya existente en la zona desde la época romana, impulsó el cultivo de la uva y convirtió a la región en una de las mayores productoras de vino en la Edad Media.
La documenación histórica referente al año 1492 nos informa de judíos en la ciudad de Zamora propietarios de viñedos en la zona de los picos de Santa Susana (hoy San Lázaro-Valorio), los cuales hubieron de vender precipitadamente en aquella fecha antes de salir a Portugal.
Hasta hoy la tradición del vino sigue siendo central a la economía y la cultura de Zamora, existiendo en la provincia una comarca llamada, precisamente, Tierra del Vino, localizada en el sureste de la capital.
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Me dice: no duermas, bebe vino añejo.
Hay alheñas y lirios, mirra y áloe
en el jardín con granados, palmeras y parras;
plantas agradables y muchos tamariscos,
ruido de acequias y sones de laúdes...
Bebamos entre arrates rodeados de azucenas,
alejemos las penas con varios panegíricos,
comamos dulces manjares, apuremos las jarras;
seamos cual gigantes y vaciemos las tinajas.
Dunásh Ibn Labrát
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Imagen del Vino
Deberías contentar hoy a mi alma
con cumplido alborozo,
con un presente celebrado,
bueno, bien conservado,
agradable, encomiado,
que los corazones alegre sin demora
y haga bailar las almas doloridas;
acrisolado cual plata y oro,
como sangre de toros,
viejo como las rocas fundamentales,
añejo, virgen
no conocido por varón desde la prensa,
sellado".
Isaac Ibn Jalfún
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Su aspecto es rojo y agrada a quien lo bebe;
se elabora en España, y a la India llega su aroma.
Samuel ibn Nagrela
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Sólo me animaré cuando beba el mosto de tu boca arrullado por el canto de tórtolas y golondrinas,
mientras las gotas de agua de rocío
parecen húmedos bedelios y amatistas.
Ha pasado el invierno y llega el tiempo del amor, amigo mío, relájate, reclínate, extingue las penas con vasos placenteros.
La brisa del jardín es perfumada, ¡levántate y bebamos!
Dirígete a la casa de tu amigo y a su vino
a la copa que gira como el sol en su diestra:
es rojizo, mas lo purifica el cristal
tanto que por su color se ruborizan los corales.
¡Que venga a mí y haga huir todas mis penas!
sea esa la señal de la alianza entre nosotros!
Yehuda Haleví
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Mi vino tan querido
dime de qué viña sos venido.
Tan ermoza es tu color
más y más es tu savor.
Y las copas sean anchas
que las hinchen (llenen) las muchachas;
las muchachas muy ermozas
siempre sean venturosas.
Romance sefardí recogido en Turquía en el siglo XIX
Los poemas fueron tomados de "El vino en la poesía hispanohebrea" de Jorge Zúñiga Rodríguez.