*JUAN MARTORANO.
Para el momento en que escribo estas líneas, y de acuerdo a lo planteado en anteriores notas, estamos desarrollando temas específicos respecto a algunos ítems de consideración en el marco del denominado Plan “Colapso Total”, como evento desencadenante para el impulso de una intervención de tipo “humanitaria” en Venezuela, o como ahora lo señaló el inefable William Borwnfield, como parte de una “intervención doméstica” contra Venezuela.
Pero el punto a desarrollar es oportuno, ya que estamos cumpliendo dos meses del comienzo de la implementación del denominado Plan de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, traducido en las primeras de cambio, en la implementación de una nueva reconversión y entrada en vigencia de un nuevo cono monetario. Oportuno es hacer un balance sobre la adopción de las medidas implementadas durante ese lapso de tiempo.
Aclaro que no soy economista, ni pretendo serlo, y de hecho he leído excelentes análisis en la materia que ilustran sobre la situación que actualmente vivimos. Pero gracias a la amplísima libertad de expresión que vivimos en la República Bolivariana de Venezuela, ejerzo este derecho asumiendo las consecuencias que el ejercicio de este derecho pueda generar. Y me sorprende como en el país hay “expertos” de todo, sobre todo del lado de la derecha.
Pero ello no quiere decir que sea idiota, y que no comprenda ciertos procesos. Evidentemente la transformación de la economía genera reacciones de los justificadores de la política neoliberal, estos que se toman la “gentileza” de escribirme a mi correo. No caeré en un debate estéril e inútil con ellos, porque sé que estamos del lado correcto de la historia.
Pero tampoco señalaré que todas las medidas han sido positivas, pues hay que hacer una evaluación descarnada y muy autocrítica sobre algunas decisiones adoptadas. No espero que las soluciones a las actuales circunstancias económicas que vive el país, y evidentemente agravadas por el bloqueo comercial y financiero contra la Patria sea resuelto de un día para otro, pero evidentemente como ciudadanos y ciudadanas de “a pie”, queremos sentir la acción de gobierno protegiendo nuestro poder adquisitivo, y garantizando el ejercicio de nuestros derechos socioeconómicos establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Evidentemente, como parte del balance, es importante señalar que el propio Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, reconoció que la política de precios acordados funciono durante los primeros quince días. Después de ello, y luego de que los mercenarios económicos obtuvieron las divisas preferenciales del Gobierno Bolivariano, además de desaparecer los productos objeto de regulación, desataron una bestial campaña especulativa, la cual aún padecemos los ciudadanos y ciudadanas.
Esto sin contar las malas expresiones dadas en materia de la reconversión monetaria y hasta de expresiones de comerciantes, usureros, y peor aún, de la propia población en general. En el sentido de eliminar solo tres ceros a esta reconversión y hasta cuatro, dejando los precios con esas expresiones contables, y dejándolas así.
Otro elemento del análisis tiene que ver con la implementación de la política de subsidios a nuestros combustibles a través del mecanismo del carnet de la patria, y de establecerla a precios superiores a los internacionales, con el fin de golpear el contrabando de extracción hacia Colombia. Pude enterarme de la siguiente información, extremadamente grave. Resulta que los equipos lectores del carnet de la patria, con la tecnología QR, fueron adquiridos sin consultar a cantv, y la tecnología que posee dicho dispositivo es de tipo 2G, totalmente incompatible con las 3G y 4G actualizadas en estos momentos, por lo que no se puede conectar y ejercer la labor de control que se pretende con dicho mecanismo. Y es por ello que esta política se la ha pasado en período de prueba, aunque en estos momentos ni siquiera se encuentra en las estaciones de servicio. Una vez más el anuncio de la entrada en vigencia de esta medida se quedó en “veremos”, ya que autocríticamente debemos reconocer que la corrupción campea en la actual PDVSA.
Ni hablar del irrespeto de los precios en las tarifas de transporte terrestre en las ciudades y terminales del país. Este ha sido un tema que he venido tratando en diversos artículos, y lamentablemente ha sido una de las problemáticas pendientes. No olvidemos que ya se vienen los meses de mayor movilidad social, noviembre y diciembre, y hay sectores que apuestan al colapso de estos servicios.
Ni hablar de los marcadores de la divisa estadounidense como Dólar Today, Monitor Dólar Ve, Air TM, y otros. La cotización especulativa de la divisa estadounidense está actuando como combustible de la hiperinflación, y era evidente que este fuese así, debido a que estamos entrando en los meses de noviembre y diciembre, donde es lógico que el consumo se incrementa debido a la gran masa de dinero circulante producto del pago de utilidades. La burguesía parasitaria así como se ha engullido en mes y medio el salario petrolizado, ahora pretende engullirse los “aguinaldos” que cobraremos a partir de las próximas semanas. De ahí una de las razones del aumento exponencial e ilógico de los precios en los últimos días.
A eso hay que agregarle, además el tiro en el pie que nos dimos, al derogar la Ley de Ilícitos Cambiarios, por lo que las cotizaciones mostradas por Dólar Today y otros marcadores dejaron de ser ilegales hace rato. Autogol que nos hemos dado con esta decisión, a mi parecer.
Debemos terminar de entender que Empresas Polar no cree en nadie. Ni en Tareck El Aissami, ni en Nicolás Maduro, y continuará manipulando los precios de sus productos para arriba, al ritmo de los marcadores especulativos del dólar.
También el Presidente Maduro anunció la medida de eliminar las limitantes en la entrega de efectivo por parte de la banca privada y pública del país, decisión que se ha estado cumpliendo a cabalidad. No obstante, pienso que la falta de adoptar medidas complementarias a este respecto, ha contribuido al aumento de la masa monetaria en el país, actuando como combustible de la inflación que confisca nuestro poder adquisitivo.
Esto, porque si algo hay que reconocer, es que hasta ahora con la implementación del nuevo cono monetario, no se registra escasez de efectivo en las calles. Aunque comercios y transportistas, de facto, han dejado de aceptar los billetes de 1000, 2000, 10.000, 20.000 y 50.000 bolívares fuertes, que hasta donde sé, están vigentes y legales, y coexistirían con el nuevo cono monetario, hasta que las autoridades bancarias y cambiarias decidiesen su salida de circulación. Es decir, los mercenarios económicos, de facto, derogan las decisiones del Gobierno Nacional. Esto no se puede permitir.
Por último, si bien es cierto que nuestro país ha tomado una decisión corajuda y valiente que otros países como Irán, China y Rusia han adoptado, y es la de eliminar el dólar como divisa `para sus transacciones financieras y comerciales, sin embargo, esta medida fue adoptada en un contexto muy particular de esos países y con la debida preparación para ello. Coincido con las apreciaciones del economista Andrés Giuseppe, al señalar que se ha cometido un error histórico de anunciar el fin de las transacciones con la divisa norteamericana de una manera radical, sin haber derrotado primero la influencia de este tipo de cotizaciones en la economía venezolana. El resultado: mayor especulación, y escasez en alimentos, medicamentos, bienes y servicios de las venezolanas y los venezolanos.
El Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica me parece que en su concepción teórica está muy bien estructurado, a los fines de dar respuestas pragmáticas a la actual situación del país. Pero su implementación ha dejado muy poco que desear, por lo que creo que a éste habría que aplicarle las 3R de las que tanto habló el Comandante Chávez.
Incluso, cuando hoy se cumplen 6 años del denominado “Golpe de Timón” de Hugo Chávez, pues urge también ese golpe, a fin de reaccionar y enderezar los entuertos en los que nos podemos encontrar con esta Revolución, por la cual seguimos confiando.
Como hemos visto, se siguen dando divisas preferenciales a los “empresarios” de nuestro país, estos las cobran, se van, y nos la siguen volviendo a hacer. Creo que ya está bueno que sigamos haciendo el papel de pendejos.
Habrá que ver cómo será este año la novela de los perniles. Yo, de manera sarcástica le señalaba a mi pareja que no se preocupe mucho por la carne y el pollo, que esas seguramente reaparecerán (a precios mayores claro está, porque no olvidemos que el crimen, ante medidas como las adoptadas por el Ejecutivo Nacional, se adapta y muta, cambia totalmente su forma de operar, lástima que nuestras autoridades parecieran no entender esto) y el cochino y el pernil lo desaparecerán, con la intención de tratar de amargar nuestras navidades.
Por ello, espero que el Gobierno del Presidente Maduro haya aprendido de los errores y experiencias pasadas, y tenga un plan para afrontar lo que se viene. Sino, que Dios nos agarre confesados.
Es este mi balance del programa de recuperación, crecimiento y prosperidad económica a dos meses de su implementación.
¡Bolívar y Chávez viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
*Abogado y Analista Político, defensor de Derechos Humanos. Miembro de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC). www.juanmartorano.blogspot.com, www.juanmartorano.wordpress.com . @juanmartorano. Facebook: Juan Martorano Castillo, IG: @juanmartorano. jmartoranooster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com y juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar
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