Antes de nada, mi máxima felicitación a Mireia Belmonte por esas tres medallas en los Mundiales de Budapest, y que la colocan donde debiera de estar desde hace mucho tiempo: en lo máximo de lo máximo en el palmarés del deporte español de todos los tiempos.
Al enterarme de esta noticia instintivamente he entrado en la cuenta de Twitter de Paula Vázquez recordando la polémica que ha tenido con MARCA por su discrepancia sobre el trato que dieron a Mireia a propósito de su medalla de oro, y que venía a decir "Mireia (incrustado en el logotipo de Marca), Sin palabras", y que a este vecino del mundo, sí le gustó, y le pareció que lo de Paula Vázquez era más bien rizar el rizo, al reprocharles que para las victorias masculinas sí "saben" verter palabras; cuando, y se puede demostrar, para algún triunfo masculino han utilizado el mismo recurso.
Pero para el gusto se hicieron los colores, y la postura de la Señora Vázquez es más que respetable. En cambio, no me lo pareció la respuesta de Marca al pataleo de la presentadora, "aconsejándola" de que deje de hacer el ridículo. Serán cosas de este vecino del mundo, pero considero, es mi opinión, de que así no le constarían a un hombre.
¡Bueno! Tras este un tanto largo preámbulo, pero que he considerado importante para mostrar cómo he llegado a lo que ahora mismo me tiene muy irritado, diré que gracias al twitter de Paula Vázquez he descubierto a Blanca Manchón.
Esta deportista olímpica sevillana logró su objetivo, proclamarse campeona del mundo de Windsurf por sexta vez, este mes en Salou (Tarragona), a los siete meses de dar a luz; demostrando que está en plena forma y que ser madre no le resta posibilidades en su carrera deportiva, incluso habiendo perdido todos los patrocinadores poco tiempo después de que les dijera que estaba embarazada.
Blanca ha podido acudir a este campeonato mundial, precisamente porque era dentro del territorio nacional, y con una vela prestada y pagándose el viaje de su bolsillo.
A pesar de su triunfo, que la ratifica en la élite del deporte español, sigue sin patrocinadores para acudir en septiembre a intentar clasificarse para las próximas Olimpiadas, Tokio 2020, y hacerse con una de las becas, en una auténtica carrera contrarreloj.
Está intentando, cuando menos, que la gente entre en su cuenta de twitter (@BlancaManchon) y se hagan seguidores de ella, para poder demostrar la fuerza que tiene en redes sociales y que alguien, digamos lo crudamente, se apiade, y dé vida monetaria a su carrera deportiva.
Lo triste es que ya sea deporte, al menos en los informativos televisivos a nivel nacional, hasta la vida íntima de las estrellas del deporte (bodas, hijos, y si me voy o no del club ¿”en el que he querido estar desde pequeño”?), y no casos como el presente.La foto de este post es una pura metáfora de la vida de Blanca, y por supuestísimo de la mayoría de las madres que quieren realizarse como persona.Yo, personalmente, ya me estoy haciendo “seguidor” de la cuenta de Blanca Manchón, e investigando quiénes son las firmas desertoras de Blanca. Si consumo algo de ellos, consumía.
Por cierto, la vida de Blanca Manchón bien merecería, al menos, una película para televisión de esas que comienzan “Basada en hechos reales”.
Casos como el de Blanca, dan sentido a seguir como “blogger”, agitando conciencias.
Por cierto, hoy no he necesitado tirar de ironía, la misma situación de la carrera deportiva de Blanca lo es. Sólo le dejan, al menos por los hechos de los patrocinadores, buscar la perfección como deportista, pero no como mujer, si ella considera que para realizarse, necesita ser madre.
Ahora mismo, en los programas matinales de televisión hacen seguimiento en directo de que Cristiano Ronaldo llega a los juzgados. Y luego lo harán también,en los programas deportivos.
¿Hay mejor ironía, otra más, que convertir el concepto de "DEPORTE" en algo tan elástico y férreo al mismo tiempo?
*FOTO: DE LA RED