Oroveso es un personaje menor, sus intervenciones siempre están acompañadas por el coro y no son muy exigentes en cuanto a extensión vocal, cuando tiene que ir a los extremos siempre está ahí el coro para apoyarlo . Según Arturo Reverter este papel exige un bajo profundo o incluso un bajo cantante, afirma también que el hecho de que Oroveso no cante demasiado no quiere decir que sea fácil, y que tiene su momento más comprometido en "Ah! del Tebro", con fraseo en el paso. Sin embargo, para Rodofo Celetti es suficiente con que su fraseo se alterne, según el caso, entre lo sonoro, y vibrante, y lo patético, mientras que su canto no entraña mucha dificultad, lo justifica el hecho de la delicada salud de Negrini en aquellos años.
Pero dramáticamente el personaje de Oroveso sí tiene bastante importancia. Su anhelo es la liberación de Galia de la dominación romana, pero Norma le parará los pies bajo la excusa de que está escrito que los romanos sucumbirán por sí mismos y que los galos no pueden hacer nada para pararles los pies. Después, cuando conozca la traición de su hija, se mostrará comprensido comprometiéndose a cuidar de los hijos de aquélla. Aparece así un personaje que, aunque desea la exterminación de los romanos, aparece pacífico y humano y, contra todo pronóstico, no será inflexible. Su paticipación es clave en la escena final, gracias a ella el personaje queda mejor percilado, enriqueciéndose sustancialmente su perfil psicológico.
Vamos a escuchar su aria "Ah! del Tebro", en la voz primero de Samuel Ramey y después de Enzio Pinza. El aria está situada en la segunda escena del segundo acto, Oroveso se encuentra rodeado de guerreros galos en un paraje cercano al bosque de los druidas, están muy impacientes porque no reciben un signo del cielo que permita desencadenar la guerra contra los romanos, podemos fijarnos como es doblado por el coro en pasajes comprometidos, es posible que esto se debiera al hecho de que el bajo encargado de estrenar el papel tuviera ya una salud delicada: