Durante la película, el protagonista le manda cartas a Ndugu; un niño africano que apadrinó nada más jubilarse, al ver un anuncio en la televisión en el que participa Angela Lansbury, explicando la difícil situación de los niños en África.
Jack Nicholson está sencillamente brillante. Su papel es de un hombre que ha perdido el sentido de su vida al dejar de trabajar. Su carácter enfadado y depresivo se transmite muy bien gracias al vestuario, los escenario descuidados de su entorno, e incluso la iluminación.
Aunque el desarrollo de la historia y los personajes secundarios no sean demasiado atractivos, la película acaba mereciendo la pena.
El final es lo mejor del largometraje, que además de ser muy bello, deja ver el lado más sensible del veterano actor.
La película obtuvo once nominaciones, de las cuales ganó dos Globos de Oro; para Alexander Payne y para Jack Nicholson.
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