El bebé puede ir en esta posición cuando ya sujeta la cabeza, y esto coincide aproximadamente con los 6 meses del niño. En esta postura él satisface su curiosidad ya que va viendo absolutamente todo y además a la misma altura que lo hacen los padres. Si durante ese rato se durmiera, lo habitual es que deje caer su cuerpo hacia el porteador, de tal manera que subiendo la tela que cubre la espalda llega hasta la cabeza sujetandola sin problema.
Las bandoleras admiten el uso en cuna. Esta posición nosotros la recomendamos cuando se tiene experiencia en porteo y si no se tiene, hay que andar con cuidado que en la bolsa de la bandolera el bebé no se “haga bolita” y por tanto el mentón no se pegue demasiado al pecho y dificultar su respiración. Para evitarlo te puedes ayudar de una toalla colocándola en el fondo.
También se puede colocar a la espalda, pero esta postura hay veces que al niño no le resulta cómoda teniendo en cuenta que la tela va cruzada por detrás de su espalda.
Mi experiencia con este tipo de portabebé es inmejorable, mi hija Jimena tiene casi tres años y aún la llevo en mi bandolera, eso si, para ratitos cortos.