“¿A qué fuimos a El Salvador?: A hacernos las pregunta de qué significa ser hombre”

Publicado el 30 enero 2010 por Daniela @lasdiosas
El jueves 28 de enero se llevó a cabo una jornada de masculinidad/es en Con-spirando como parte del inicio de un proceso que proyecta diversas iniciativas, como foros, conversatorios y actividades cuya idea es culminar con una publicación que recoja las experiencias del propio proceso iniciado en esta línea y desde una organización feminista. “El que hoy Con-spirando esté empezando un camino en masculinidades tiene que ver con un montón de sinergias que se fueron produciendo durante un tiempo, meses, años. Que parte por el interés, por un lado de varias con-spiradoras de poder profundizar en estos temas de masculinidad, a partir de todo el trabajo que tenemos con género”, contó Carla Cerpa integrante de Con-spirando.
En este contexto Juan Bastías, psicólogo y diplomado en género, fue apoyado por Con-spirando para asistir a la Escuela Equinoccio que funciona en el Centro Bartolomé de Las Casas en El Salvador, una escuela con un enfoque integral, una metodología lúdica, participativa y vivencial, y con un equipo intergeneracional que desde diferentes saberes “busca incidir en el campo de las masculinidades con un compromiso profeminista”.
En la jornada, Juan compartió la experiencia de 15 días de su paso por la escuela donde participaron aproximadamente 30 hombres de América Latina: “se busca que los hombres podamos aliarnos en procesos comunitarios facilitando y contribuyendo al trabajo que lideran las mujeres, siendo parte activa y protagonista con equidad de género y un enfoque democrático en el desarrollo popular”, expresó. Este objetivo de integración entre hombres y mujeres se desarrolla a partir de la reflexión profunda de lo que significa ser hombre, y ante esta “tremenda pregunta quedamos todos desnudos”, enfatizó Juan, al explicar que esta pregunta articula los cuestionamientos a la construcción hegemónica de la masculinidad.
En este sentido la escuela busca la creación de espacios seguros y de confianza donde los hombres puedan reconstruir su masculinidad a través de técnicas, herramientas y experiencias que les permita, por ejemplo, alejarse de la violencia como un modo de relacionamiento entre hombres, y entre hombres y mujeres.
Una de las principales herramientas utilizadas en estos espacios son los juegos que permiten a los propios hombres visualizar cómo opera el modelo hegemónico, en el caso de los juegos competitivos. Y para “deseducar” se trabaja con juegos cooperativos que les posibilita a los hombres vivenciar otras formas de relacionamiento y vivir su masculinidad.
El trabajo en masculinidad/es que inicia Con-spirando no es “hacerle la pega a los hombres, ni querer hablar nosotras de sus propias experiencias, sino que sean ellos mismos los que puedan hablar de sí mismos. Tampoco queremos ser las madres. Sino cómo generar, lo que decía justamente Juan, diálogos intergéneros”, señaló Carla.
Por Vanessa Naranjo Inostroza.
vnaranjoinostroza@gmail.com
La Ciudad de las Diosas