El título de este libro me llamó mucho la atención en cuanto lo descubrí: ¿A qué sabe la luna? Lo empecé a leer con mucha curiosidad, me preguntaba a mí misma ¿a qué puede saber la luna? Así que pensé enseguida que si este cuento había llamado mi atención, cómo no iba a llamar la de un niño. Os dejo con la historia:Los animales querían saber a qué sabía la luna. Si era dulce, salada..., pero por mucho que estiraban su cuerpo, ninguno era capaz de alcanzarla para probar un pedacito. Entonces a la tortuga se le ocurrió una idea: subir a la montaña más alta. Pero aunque desde allí, la luna estaba más cerca, seguía sin poder tocarla. Así que llamó al elefante y le dijo: "Si te subes a mi espalda, tal vez lleguemos a la luna"La luna creía que los animales estaban jugando, por eso, conforme el elefante se iba acercando, ella se iba alejando un poquito.El elefante, al ver que no podía tocar a la luna, llamó a la jirafa y le pidió que se subiera encima de su espalda para poder alcanzarla. Pero entonces, la luna, que empezaba a divertirse con el juego, volvió a alejarse un poquito más. La jirafa no pudo tocar la luna, así que llamó a la cebra. Luego la cebra llamó al león, el león llamó al zorro, el zorro llamó al mono, y el mono llamó al ratón. Cuando la luna vio al ratón pensó que un animal tan pequeño no sería capaz de alcanzarla, así que no se movió. El ratón fue subiendo por encima de todos los animales y, cuando ya estaba sobre el mono, pudo arrancar de un mordisco un trocito de luna. Después de saborearlo, le dio un pedacito a cada uno de los animales... ¿Y a qué les supo la luna? La luna les supo a aquello que más le gustaba a cada uno.¿A qué sabe la luna? es un cuento muy bonito que quiere transmitir el valor de la solidaridad. Aquello que más deseamos se puede hacer realidad con la ayuda de los demás. El deseo más grande de los animales era probar el sabor de la luna, y aunque en solitario no lo hubiesen podido lograr nunca, gracias a la cooperación de todos sí que consiguieron averiguar a qué sabía la luna. Ya sabéis, cuando se os antoje un poquito de luna comeros aquello que más os gusta;)Aprovecho para informaros (si no lo sabéis ya) que la editorial Kalandraka ha recibido el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2012 por el "compromiso con la literatura infantil, destacando el cuidado de los textos, junto con la calidad de la ilustración y la dedicación a géneros más complejos como la poesía". Es una noticia estupenda porque se trata de la primera editorial especializada en Literatura Infantil y Juvenil que recibe este premio. ¡Enhorabuena!Por último, deciros también que he habilitado una nueva opción en las entradas del blog. Debajo de cada entrada hay desde ahora un apartado que lleva por título "Reacciones", donde podéis señalar una de las siguientes opciones sobre los libros que voy recomendando: Quiero leerlo, Quizá lo lea, Ya lo he leído o No me gusta. ¡Espero que dejéis vuestra opinión!Autor: Michael GrejniecIlustraciones: Michael GrejniecEditorial: KalandrakaEdad recomendada: Primeras lecturas (3-6 años)
El título de este libro me llamó mucho la atención en cuanto lo descubrí: ¿A qué sabe la luna? Lo empecé a leer con mucha curiosidad, me preguntaba a mí misma ¿a qué puede saber la luna? Así que pensé enseguida que si este cuento había llamado mi atención, cómo no iba a llamar la de un niño. Os dejo con la historia:Los animales querían saber a qué sabía la luna. Si era dulce, salada..., pero por mucho que estiraban su cuerpo, ninguno era capaz de alcanzarla para probar un pedacito. Entonces a la tortuga se le ocurrió una idea: subir a la montaña más alta. Pero aunque desde allí, la luna estaba más cerca, seguía sin poder tocarla. Así que llamó al elefante y le dijo: "Si te subes a mi espalda, tal vez lleguemos a la luna"La luna creía que los animales estaban jugando, por eso, conforme el elefante se iba acercando, ella se iba alejando un poquito.El elefante, al ver que no podía tocar a la luna, llamó a la jirafa y le pidió que se subiera encima de su espalda para poder alcanzarla. Pero entonces, la luna, que empezaba a divertirse con el juego, volvió a alejarse un poquito más. La jirafa no pudo tocar la luna, así que llamó a la cebra. Luego la cebra llamó al león, el león llamó al zorro, el zorro llamó al mono, y el mono llamó al ratón. Cuando la luna vio al ratón pensó que un animal tan pequeño no sería capaz de alcanzarla, así que no se movió. El ratón fue subiendo por encima de todos los animales y, cuando ya estaba sobre el mono, pudo arrancar de un mordisco un trocito de luna. Después de saborearlo, le dio un pedacito a cada uno de los animales... ¿Y a qué les supo la luna? La luna les supo a aquello que más le gustaba a cada uno.¿A qué sabe la luna? es un cuento muy bonito que quiere transmitir el valor de la solidaridad. Aquello que más deseamos se puede hacer realidad con la ayuda de los demás. El deseo más grande de los animales era probar el sabor de la luna, y aunque en solitario no lo hubiesen podido lograr nunca, gracias a la cooperación de todos sí que consiguieron averiguar a qué sabía la luna. Ya sabéis, cuando se os antoje un poquito de luna comeros aquello que más os gusta;)Aprovecho para informaros (si no lo sabéis ya) que la editorial Kalandraka ha recibido el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2012 por el "compromiso con la literatura infantil, destacando el cuidado de los textos, junto con la calidad de la ilustración y la dedicación a géneros más complejos como la poesía". Es una noticia estupenda porque se trata de la primera editorial especializada en Literatura Infantil y Juvenil que recibe este premio. ¡Enhorabuena!Por último, deciros también que he habilitado una nueva opción en las entradas del blog. Debajo de cada entrada hay desde ahora un apartado que lleva por título "Reacciones", donde podéis señalar una de las siguientes opciones sobre los libros que voy recomendando: Quiero leerlo, Quizá lo lea, Ya lo he leído o No me gusta. ¡Espero que dejéis vuestra opinión!Autor: Michael GrejniecIlustraciones: Michael GrejniecEditorial: KalandrakaEdad recomendada: Primeras lecturas (3-6 años)