Hace tres días un grupo de ochenta congresistas demócratas han enviado una carta al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la que solicitan que revierta las "crueles" políticas de restricción impuestas sobre Cuba por la Administración del expresidente Donald Trump.
El texto, que pide renovar el diálogo "productivo" con el Gobierno cubano, ha recordado al mandatario que "con un trazo de bolígrafo puede ayudar a las familias cubanas en dificultades y promover un enfoque más constructivo al volver rápidamente a la política de compromiso y normalización de las relaciones".
En el escrito priman las condiciones humanitarias, no obstante la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar llamó “ignorantes" a los legisladores demócratas que enviaron una carta a Biden pidiendo el levantamiento de sanciones al Gobierno de Cuba.
“Lo único que demuestra es que son ignorantes, que no saben en realidad lo que está pasando en la isla de Cuba. Le debieron mandar una carta al régimen castrista, a Díaz-Canel, para que dejen ellos de reprimir al Movimiento San Isidro, para que no le den más palos a las Damas de Blanco y para que suelten a la disidencia que está presa”, dijo María Elvira durante una transmisión desde su oficina en Washington.
“Pero para eso estamos nosotros aquí, para en el Congreso Federal, en el pleno del Congreso, decirle a todos esos que firmaron esa carta lo equivocados que están”, añadió.
De modo que el tema Cuba se vuelve prioritario para los dos grandes partidos norteamericanos. En el caso de la señora Salazar están por encima de otras consideraciones los tips de la contrarrevolución que hizo suyos Donald Trump, buscando votos en La Florida.
La pregunta se impone ¿A quién atenderá Biden a demócratas o a trumpistas republicanos?
Pocos analistas juegan al seguro. Al fin y al cabo Biden es el imperio y este no soporta la humillación de que no pueden derrotar a la Revolución Cubana ni por las duras ni por las blandas. De eso se trata todo.