¿A quien se debe rechazar a los hermanos Márquez, a Repsol o al gobierno de España?

Muchos españoles están indignados porque los hermanos Márquez, campeones mundiales de motociclismo, trasladan su residencia a Andorra para pagar menos impuestos. Algunos proponen hacer un boicot a los productos Repsol porque esa marca les patrocina. Pero antes conviene preguntarse: ¿Quien merece mas el rechazo ciudadano, los hermanos Marquez por cambiar de residencia en busca de un mejor trato fiscal o el gobierno de España, por cobrar tantos impuestos, algunos de ellos abusivos e injustos? En Andalucía, miles de ciudadanos están entregando sus herencias a la Junta porque no pueden pagar los impuestos que el gobierno les exige. A los ancianos jubilados el gobiernos les aplica una fiscalidad que para muchos juristas constituye una estafa. Los impuestos españoles son de los mas altos del mundo, a pesar de que los servicios que presta el Estado son de baja calidad y de que se practican recortes en servicios y derechos fundamentales. La mayoría de los españoles pagan sus impuestos por miedo al castigo, sin voluntariedad ni sentido de Estado, ya que temen que su dinero sirva para enriquecer a corruptos, mas que para contribuir a políticas de igualdad, bienestar y amparo a los mas débiles. Muchos españoles, si pudieran hacer como los hermanos Marquez, lo harían. Ojalá los españoles pudieran pagar sus impuestos con entusiasmo para contribuir al bien común, como hacían en los primeros años de la mal llamada "democracia", cuando creían en el sistema y en sus líderes. Muchos quisieran creer en la limpieza y honradez de sus autoridades, pero la vida y los escándalos se empeñan a diario en convencerlos de que los políticos no sólo meten la mano en nuestras carteras sin justicia ni respeto, sino que han entrado a saco en la caja de reserva de la Seguridad Social y han pedido tanto dinero a los mercados que habrá por lo menos tres generaciones de españoles condenados a pagar la deuda y a padecer un futuro hipotecado. Los gobernantes españoles han decidido que no les falte nunca el dinero, caiga quien caiga, y siguen contratando asesores y colocando a sus amigos en puestos públicos, aunque el presupuesto se dispare. Sin cordura ni decencia, renuncian a la austeridad y siguen engordando un Estado que, con sus autonomías, empresas públicas, diputaciones, parlamentos regionales, observatorios y demás chiringuitos del poder es absolutamente absurdo e incosteable. Los hermanos Márquez merecen rechazo por escamotear los ingresos fiscales al país que les vio nacer y les dio cobijo, pero su decisión de escapar a otro país donde los impuestos son menos abusivos es comprensible ante una situación generalizada de abuso del poder e injusticia. Hay actitudes mil veces peores y mas miserables que la de los campeones del motociclismo, como la impunidad de los ladrones o haber permanecido impasibles, desde el poder, ante el saqueo de las cajas de ahorro y la gran estafa de las participaciones preferentes, y los culpables de esas canalladas no solo siguen libres sino que continúan mandando y cuentan con millones de esclavos sometidos dispuestos a votarles cuando se abran las urnas.