A Susana Díaz se le puede pasar el arroz

Publicado el 08 enero 2016 por Franky
Susana Diaz parece ignorar que la única manera de conquistar el poder es fascinando a los españoles con propuestas y programas de regeneración y democratización de España, dos demandas generalizadas en la sociedad. Quiere pero no puede o no se atreve y no se decide a dar el paso que los ciudadanos demandan, que consiste en una iniciativa de firmeza, decencia y lucha dura contra la corrupción. Ella tiene ahora una oportunidad única y quizás irrepetible para dar el salto hacia la política nacional, sustituyendo primero a Pedro Sánchez como lider del PSOE y compitiendo después, como candidata socialista, por el gobierno de España. Pero está rodeada de dudas, temores y cautelas y se le puede pasar el arroz. --- Susana Díaz está indecisa y no se atreve a sustituir al desprestigiado Pedro Sánchez al frente del socialismo español. Nadie sabe por qué no avanza y se queda con el control de un PSOE dividido, debilitado y con un horizonte electoral problemático. A pesar de que cuenta con los votos del socialismo andaluz, el mas poderoso de España, con el apoyo de los principales barones socialistas y de que Pedro Sanches está fundido por las divisiones internas y por su derrota electoral del 20 de diciembre, en las que el PSOE obtuvo los peores resultados de su historia, Susana se muestra cauta y corre el riesgo de perder otra oportunidad para dar el salto.

Contrariamente a lo esperado, Sánchez parecía que surgía vencedor tras la reciente entrevista con los barones socialistas, cuando todo indicaba que estaba agonizando y al borde de tirar la toalla.

El confuso horizonte político de España ayuda a Sánchez, que sabe que sustituirlo en estos momentos, cuando no se sabe si España tendrá que someterse a unas nuevas elecciones, al igual que Cataluña, sería un suicidio para el partido.

El objetivo urgente de Sánchez es mantener el control del aparato sabiendo que existen federaciones como la andaluza de Susana Díaz o la castellano-manchega de Emliano García-Page que le quieren mandar a su casa. Si el esperado y programado congreso abierto del PSOE se celebrara, como es probable, en marzo de 2016, él seguirá siendo el candidato socialista en las próximas elecciones, lo que le convierte en "intocable" por el momento.

Susana y su equipo están en constante ebullición, valorando opciones y sopesando estrategias. Por el momento, de lo que se trata es de fortalecer las alianzas internas en el partido, en espera del congreso de primavera.

Pero Susana y los suyos parecen ignorar que poseen una plataforma de poder inmensa, llamada Andalucía, en la que podrían desplegar políticas y reformas que servirían a Susana de escaparate y que podrían catapultarle hasta la cima.

Si demuestra, por ejemplo, que es cierto que quiere luchar contra los corruptos hasta exterminarlos, podría demostrarlo en Andalucía, algo que no ha hecho hasta ahora. Si cree en la unidad de España, como afirma, podría ensayar esa unidad en Andalucía alcanzando consensos con la oposición para erradicar la pobreza, luchar contra el desempleo o machacar a los corruptos, algo que tampoco hace. Si quiere demostrar ante los españoles que ella y su partido no son fiscalmente voraces y aficionados a los impuestos abusivos, podría eliminar el depredador e injusto impuesto de sucesiones vigente en Andalucía, tan alto y confiscador que hace renunciar a sus herencias a miles de familias, que no pueden pagar las cantidades que les exige el gobierno andaluz, y que ha convertido a la Junta en la gran heredera del patrimonio andaluz.

Andalucía sigue siendo, bajo el gobierno de Susana, la región mas atrasada de España y una de las habituales en la cola de Europa, con vergonzosos records a su cargo en dramas y lacras como el fracaso escolar, la baja calidad de la enseñanza, el desempleo, el avance de la pobreza, la emigración de jóvenes en busca de empleo y obstáculos burocráticos y fiscales a la creación de empresas y riqueza, entre otras muchas carencias.

Esa Andalucía del atraso, donde el gobierno es tan poderoso e influyente que mediatiza la vida y pesa sobre la sociedad como una losa de ploma, no es precisamente la plataforma que Susana necesitsa para conquistar el poder en el PSOE y menos aún en España, cuando le llegue el momento de ser la candidata de su partido a ocupar la Moncloa.