Los Arizona Baby han sido para mí uno de los grandes descubrimientos del 2009, y es que aunque no son nuevos en esto de la música ni mucho menos, no fue hasta el año pasado cuando los conocí gracias a su segundo disco, Second to none. Me gusta la gente que arriesga, que apuesta por lo que le gusta y no se desvía ni un centímetro del camino que en su día se marcaron, y los vallisoletanos son así, y a quien no le guste, que mire hacia otro lado. Ellos son tan auténticos y peculiares como su propio sonido, y han conseguido ganarse a público y críticos con un rock acústico y arenoso que a mi personalmente me tiene enamorado. Además, los de Valladolid son uno de esos grupos que pueden presumir de tener un directo arrollador, en el que consiguen que hasta el más calvo acabe desmelenándose y rindiéndose ante la energía que desprende este curioso trío. Hoy, para despedirme de vosotros hasta mañana, quiero compartir con vosotros A Tale of The West, un tema con un sabor fronterizo que me fascina... Sed buenos...
Los Arizona Baby han sido para mí uno de los grandes descubrimientos del 2009, y es que aunque no son nuevos en esto de la música ni mucho menos, no fue hasta el año pasado cuando los conocí gracias a su segundo disco, Second to none. Me gusta la gente que arriesga, que apuesta por lo que le gusta y no se desvía ni un centímetro del camino que en su día se marcaron, y los vallisoletanos son así, y a quien no le guste, que mire hacia otro lado. Ellos son tan auténticos y peculiares como su propio sonido, y han conseguido ganarse a público y críticos con un rock acústico y arenoso que a mi personalmente me tiene enamorado. Además, los de Valladolid son uno de esos grupos que pueden presumir de tener un directo arrollador, en el que consiguen que hasta el más calvo acabe desmelenándose y rindiéndose ante la energía que desprende este curioso trío. Hoy, para despedirme de vosotros hasta mañana, quiero compartir con vosotros A Tale of The West, un tema con un sabor fronterizo que me fascina... Sed buenos...