La Filosofía como teoría de lo que hacemos corresponde a la exigencia de dar una definición dialógica. La concepción de teoría, es ella misma una diferencia, una transversal que va del hacer como producción al hacer como uso, de la producción a la acción. La teoría es de esta manera la síntesis de algo que no reúne sino es mostrando su diferencia, y como esta misma diferencia surge del hacer la teoría nunca es la representación completa de nada, ora imitación de la producción o producciones, ora imitación de las acciones.
La exigencia de que el concepto de Filosofía sea dialógico, ha de afectar a la totalidad de la exposición (haciendo de la totalidad misma una síntesis disyuntiva). Por tanto, la dialogía habrá de presentarse en las distintas series de variaciones, en todas ellas se presentarán tres conceptos en los que uno de ellos se mostrara en función de los otros dos, la síntesis de los otros dos, pero no como síntesis superadora, reconciliadora, sino que la síntesis será más efectiva en la medida que distinga mejor los otros dos. La teoría hay que producirla, sin embargo, quedará claro que tal producción supone un uso de teorías anteriores, y, por otro lado cualquier uso adecuado, debe producir algo distinto de lo usado. La teoría respecto de teorías anteriores, supone un uso que ha de fructificar en un mínimo de producción, novedad, y por el contrario cualquier pretensión de novedad o producción ha de suponer un uso de las teorías anteriores, y ello porque la teoría misma surge de la diferencia de los usos reales (y no solamente posibles de la teoría), y de las producciónes reales (y no sólo posibles). La verdadera re-presentación debe presentar los efectivos usos y producciones de los seres humanos.
El concento de dialogía sólo necesita dos términos que den razón de un tercero, que lo detemine suficientemente. Cada una de las series debe repetir el mismo esquema dialógico que caracteriza a la definición de Filosofía, al modo de repetición de la misma estructura. Pero el tema o los temas que se traten harán variar la denominación de dicho esquema, pero siempre ha de ilustrar que el discurso o el tema se desarrolla "a través" (dia-) de la "razón" (logos)