Seguramente la mayoría de vosotros, o por lo menos los que sois de la generación X, se lo habréis escuchado más de una vez a vuestros padres cuando de pequeño les pedíais el exin castillos o el órgano de casio.
Ayer que estuve en un centro comercial con mis hijos, que estuvieron mirando tiendas pensando ya en los Reyes, me quede reflexionando en que varias décadas más tarde me veo repitiendo una frase similar a la que me decían mis padres cuando me piden una tablet, un drone o la Playstation 4… ¡eso si! Cambiando el palo y la caja por el barco pirata de playmobil y los tente.
En mi opinión, debemos evolucionar, no podemos quedarnos anclados en el pasado, pensando que “cualquier tiempo pasado fue mejor” , no es malo que deseen esas cosas, porque el ocio ha evolucionado y el mundo también. Lo importante es saber controlárselo, estar al tanto de todo ello (aprender con ellos), enseñarles valores (¡¡fundamental!!) e intentar que el disfrute de esos juguetes no reduzca su socialización. Ni soy sociólogo ni psicólogo, pero hablo con padres, escucho muchas conversaciones en el parque y seamos sinceros, el problema en muchos casos no radica en las nuevas tecnologías si no en el uso que hacemos de ellas; para muchos padres es más fácil dejar que sus hijos se pasen toda la tarde enganchados a la tablet viendo videos de YouTube o al móvil jugando al Fornite, para que no les molesten, que tirarse al suelo al jugar con ellos, o salir en bici, o ver una película en familia (nosotros lo hacemos todos los domingos por la tarde).
En mi caso, mis hijos tienen un tiempo limitado a la semana para usar el móvil, la tablet o la videoconsola, y lo hacen en el salón para poder estar pendiente, muchas veces me siento con ellos para ver lo que ven o a que juegan (o juego con ellos), YouTube lo tengo en su versión restringida, en los navegadores tengo instalado un video blocker, y tienen sus perfiles de ordenador limitados, pero lo más importante es que salgo con ellos a hacer ejercicio y me gusta jugar con ellos en casa a juegos de mesa.
Como dice Victor Küppers en un video, “nuestro proyecto con mayúscula en nuestra vida es nuestra familia, dar nuestra mejor versión a nuestra pareja e hijos” , “los verdaderos heroes son aquellos padres y madres que el día que llegan cansados, agotados, que incluso no han comido, ese día cuentan el cuento y lo representan“. NO DEDICAMOS TIEMPO A NUESTROS HIJOS.