Una de las preguntas claves de la existencia es si la vida tiene o no tiene sentido, porque si uno llega a la conclusión de que no la tiene, se puede caer en estado depresivo. Nuestra misión en la vida, precisamente, es encontrar (o darle) ese sentido porque en ello consiste el éxito y en ello consiste la felicidad. El camino de cada persona será diferente, porque cada uno somos distintos, por tanto, en esto, las recetas no son de gran ayuda (ver post El significado).
En Maktub, Paulo Coelho recoge la siguiente historia:
Buda estaba reunido una mañana con sus discípulos cuando se les acercó un hombre.
- ¿Existe Dios?, preguntó.
- Sí, respondió Buda.
Después de comer, se acercó otro hombre.
- ¿Existe Dios?, quiso saber.
- No, no existe, dijo Buda.
Al final de la tarde, un tercer hombre hizo la misma pregunta.
- ¿Existe Dios?
- Tendrás que de decidirlo por ti mismo, respondió Buda.
- Maestro, ¡qué absurdo! -dijo uno de los discípulos-. ¿Cómo puedes dar respuestas diferentes a la misma pregunta?
- Porque son personas diferentes -respondió el Iluminado-. Y cada una de ellas se acercará a Dios a su manera: a través de la certeza, de la negación y de la duda.