A una hora de Honolulu, una inmensa mata verde tropical, donde se rodó “Lost”, alberga los mayores sitios arqueológicos hawaianos. Ahora puede visitarse.
Estábamos fuera del centro de visitantes del valle de Waimea, en la Costa Norte de Oahu, cuando nuestro guía, Kahokulea Haiku, dio inicio a la excursión entonando un oli, el canto tradicional de Hawai que honra la historia de la tierra y su gente. Apenas la brillante luz del amanecer se esparció sobre nosotros, la voz de Haiku resonó a través de los jardines que rodean el centro.
El terreno escarpado, de apariencia selvática, del valle de Waimea, ubicado a una hora de viaje en auto desde Honolulu, es el hogar de más de 5.500 especies de plantas y 758 hectáreas de bosque tropical que abarcan desde las montañas hasta el mar. También posee algunos de los más singulares e importantes sitios arqueológicos hawaianos que incluyen templos, incontables cuevas funerarias y santuarios de piedra donde los pescadores invocan a los dioses para obtener bendiciones y afortunadas travesías.
Durante más de 700 años, este estrecho valle fue hogar de la Kahuna Nui, o Gran Sacerdotisa, que finalmente fue expulsada de allí por las influencias occidentales. La administración de esta tierra ha cambiado en numerosas ocasiones a lo largo de la última década. Ahora se encuentra a cargo de la organización sin fines de lucro llamada Hiipaka. Debido a que ha puesto énfasis en la exploración de la trascendencia cultural de la zona, el grupo administrador ha establecido nuevos programas de excursiones guiadas para visitantes foráneos en áreas que habían sido anteriormente clausuradas al público.
De tal forma, la zona de visita aumentó y traza un sendero de once kilómetros que surca arroyos y asciende hasta la cima empinada de los montes. Anteriormente, algunas excursiones se ofrecían sólo los sábados, pero ahora son diarias, con reserva previa. “Al llegar aquí, los ojos de todos están puestos en el océano”, dijo Haiku antes de partir, en referencia a las famosas olas de la costa norte de Oahu. “Casi nadie se da vuelta y mira hacia las montañas y el valle”.
En el sendero del Valle del Norte, lo primero que se veía es “un árbol de masa de torta”, con flores amarillas de un embriagador aroma de levadura dulce. Poco después, pasamos a un equipo que trabajaba en la reconstrucción de un antiguo recinto hawaiano que alguna vez fuera el hogar tradicional de una kahuna
Haiku explicó que por años el valle de Waimea sirvió como “una especie de universidad” para los iniciados en ese sacerdocio, quienes pasaban su vida aprendiendo a ser científicos, médicos y líderes espirituales: todo en uno. A lo largo de cinco kilómetros, examinamos plantas nativas e investigamos los restos de la plantación de Fujita, donde los peones japoneses del azúcar y el café vivieron a finales del siglo XIX. Todavía hoy hay cafetales que crecen salvajemente y los miembros de Hiipaka recolectan y tuestan sus propios granos. Allí escuchamos el trinar del ave shama thrush, originaria de la India.
Hiipaka ofrece seis tipos de caminatas y los guías pueden combinar diferentes rutas en función del clima y los intereses de los expedicionarios. En particular, nuestra ruta nos condujo a través de la zona Kalahee Ridge, con vistas de la Bahía de Waimea y el Monte Kaala, el pico más alto de Oahu. Al descender por la ruta de Ala Ki, nos dimos un baño en las famosas cascadas de Waimea. Vastas regiones del Valle de Waimea permanecen inexploradas y el mundo salvaje se impone. Así se comprende que la serie de televisión Lost y películas como El planeta de los simios y la secuela de Viaje al centro de la Tierra fueran filmadas aquí.