Tanto en el cara a cara del pasado día siete, como en el debate del día nueve, sólo vimos señores defendiendo los programas. Las redes sociales echaban chispas con este tema, porqué, ¿Acaso no hay en las listas de los diferentes partidos, mujeres que puedan llevar los mensajes de los partidos a los debates públicos? Por supuesto que las hay, pero volvemos a la vieja premisa de “lo público es cosa de hombres y las mujeres a preparar, organizar, convencer, etc… mientras ellos “salen a defender el chiringuito”. De verdad que pensaba que estábamos un poco mejor.
Para rematarlo, el candidato Rajoy nos vende la receta de su condición “igualitaria” de sus compañeras que además de realizar las tareas de representación política que tienen asignadas “siguen llevando sus casas, siguen atendiendo a sus hijos y aunque es verdad que se han producido cambios, siguen siendo ellas las que concilian”. Vaya, y yo que pensaba que habíamos avanzado algo, me topo con estas declaraciones del candidato de la derecha a la Presidencia del Gobierno!! No pensaba votarle por muchos motivos, pero con estas declaraciones, ya directamente dejó de interesarme del todo.
Y es que, a poco que rasquemos, a la derecha se le ven las garras de inmediato y este es un buen ejemplo de lo que nos proponen. Este modelo de super-mujer que llega a todo, que es capaz de darse a todo y a todos en cualquier momento, etc… olvidándose de ella misma y sólo en busca de los intereses del líder, no representa a muchas de las que cada día nos levantamos con la clara intención de luchar por una igualdad real, por una igualdad en donde se dejen atrás viejos tópicos de relaciones asimétricas, de desigualdades en todos los ámbitos, de rechazo frontal del terrorismo machista, de la defensa de todas las libertades para todas las personas, etc…
Y mientras Rajoy y los suyos (ya hemos visto que ellas son siempre subsidiarias) llevan al Constitucional la ley que permite el matrimonio entre personas homosexuales. Llevaron también a este alto tribunal la Ley Orgánica de Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres, por la reforma de la Ley electoral. Actuaron con nocturnidad contra las acciones positivas que proclama la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, sembrando así un claro malestar social y entre algunos personajillos del poder judicial, contra esta ley que pretende proteger y articular los derechos de las víctimas de este tipo de terrorismo así como definir el tipo de tutelas institucionales, judiciales, penales, etc.. que han de ponerse en marcha cada vez que se produce una denuncia por este tipo de violencia contra las mujeres. O sea, que les interesa muy poco el avance social en la protección de quienes siempre hemos sido desiguales. Qué pena me dan. No practican la evolución en ninguno de sus aspectos.
Y mientras, por supuesto, reciben el apoyo explícito de los de faldas largas y negras que desde los púlpitos, desde los confesionarios y desde los medios que ya poseen (y siguen llorando por falta de recursos económicos…) siguen pidiendo el voto para ellos.
Pero no sé de que me extraño si ellos, los de faldas largas y negras, siguen sin condenar ningún asesinato de mujeres a manos de los terroristas machistas, siguen condenando la libertad de las mujeres sobre sus propios cuerpos, siguen predicando relaciones desiguales y asimétricas y como modelo nos siguen poniendo como modelo de mujer a María, una inverosímil virgen a la que adoran precisamente por eso, por ser madre y virgen….Sin palabras.
El próximo domingo toca ir a votar. Mi voto será para Izquierda Unida, por si alguien tenía alguna duda. No creo en la “corbatocracia” que nos impusieron en los debates y creo que con mujeres como Tere Nieto, y otras mujeres que van en las candidaturas de Izquierda Unida y a quienes no tengo el placer de conocer, mis derechos están mucho mejor salvaguardados que con otras opciones políticas.
Desde este espacio, a todas ellas, las que van en las listas de Izquierda Unida y las que se presentan en opciones progresistas, mi admiración, respeto, afecto y, por supuesto mi voto. Creo en vosotras compañeras… y desde mi doble militancia de feminista y de izquierdas os conmino a ir acabando desde cualquier espacio con la “corbatocracia”.