A veces me pregunto: ¿Amar es arte, ciencia o simplemente placer? ¿Qué piensas tú?

Por Kheldar @KheldarArainai

La pregunta que da título a la entrada de hoy, la he hecho ya en alguna parte del blog (y de hecho motivó unas cuantas respuestas peculiares). El motivo de que haga esta pregunta lo veréis bastante pronto me parece.

Todos los que me leen saben que me gusta hablar para defender una postura contraria a lo que algunos desean llamar Seducción Científica. Lo que algunos no saben, es que ha habido estudios científicos reales de la seducción, desde varias perspectivas. Hablemos de ello nosotros, para que conozcáis un poco mejor mi visión de la seducción.

Que yo sepa, el único que ve el mundo así es Neo.

Para empezar con la exposición, me gustaría ofreceros una cita extraída del artículo “Seducción”, en Wikipedia. Sumamente reveladora, si le prestas atención.

Estudio científico de la seducción

Autores como Fisher (1992) han propuesto, a partir de estudios paleontológicos, etológicos y etnológicos, una teoría del desarrollo de las relaciones amorosas que nos permite actualmente comprender el origen y la función de la conducta de seducción.

Esta teoría comienza destacando el impacto de las presiones evolutiva, biológica y social sobre el emparejamiento de los individuos. En concreto, apunta que para asegurar y maximizar la probabilidad de transmitir la información genética de una generación a la siguiente es necesario que los individuos estén biológica y socialmente motivados, lo que se consigue a través de la puesta en marcha de dos elementos: los impulsos sexuales básicos y los vínculos afectivos primarios. En el caso del ser humano se tratarían de factores primitivos sobre los cuales han actuado las constricciones sociales y culturales. En concreto, se ha puesto de manifiesto que a medida que nos acercamos a la especie humana aspectos como las manifestaciones sexuales y la duración y expresión del vínculo afectivo son regulados por normas socioculturales concretas (dando lugar incluso a conductas que parecen específicas de nuestra especie como es la represión de la sexualidad).

Debido a que estos impulsos sexuales y vínculos primarios son desencadenados por determinados estímulos, las conductas de cortejo o seducción intentan activarlos con la finalidad de atraer física y sexualmente a parejas potenciales (Burgos, 2010; referenciado de Buss, 2004). En los seres humanos, las pautas de seducción entre ambos tienen un fuerte impacto sobre el atractivo físico sentido hacia la otra persona. Estas pautas, según los etólogos, podrían ser comportamientos evolucionados a partir del ritual de elección de pareja o cortejo de atracción típico de los mamíferos.

Diversos aspectos parecen influir en la disposición a iniciar o no las pautas de seducción hacia alguien que nos atrae físicamente. Estos elementos son la existencia de

  1. incertidumbre sobre la reciprocidad de la atracción (ya que en caso de que sea obvia no habrá seducción, sino interacción íntima directa; en caso de que sea inexistente, se ahorrarán esfuerzos y decepciones),
  2. sospechas positivas sobre dicha reciprocidad (ya sea por la percepción de determinados signos en dichas personas o por comentarios de otros) y
  3. confianza en las propias habilidades de seducción.

Las pautas de seducción que conducen al enamoramiento (Yela, 2000) buscan en general: aumentar en la frecuencia de encuentros con esa persona, compartir situaciones de alta actividad fisiológica y potenciar el atractivo físico propio teniendo en cuenta los gustos del otro sexo.

Para ello, los esfuerzos se centran en mostrar una adecuada comunicación no verbal, un lenguaje un tanto ambiguo y lúdico, características sociales deseables (simpatía, prestigio, relevancia social), características personales deseables por el otro, similitudes de actitudes, gustos, opiniones y que los deseos y necesidades de uno y otro son complementarios, y se llevan a cabo progresivas autorrevelaciones personales de forma paulatinamente creciente tanto en frecuencia como en profundidad.

~~ fin de la cita ~~

Lo que podemos extraer de dicho texto es la idea que las corrientes que intentan identificarse con el tema científico, tratan de afirmar y defender en su postura una suerte de determinismo por las presiones que identifican arriba como evolutivas, biológicas, y sociales. Así mismo, también aluden a la posibilidad de crear sistemas que, basándose en dicho determinismo y en las citadas presiones…

En apariencia se basan en lo mismo, pero en realidad es totalmente diferente. Sobretodo por las bases que son tenidas en cuenta. Arriba citadas como paleontología, etología y etnología, así como sociología, psicología social y sexología (estas últimas, se deducen por contexto, si uno presta atención lo verá).

El segundo grupo, los pseudocientíficos de la seducción, aluden basarse en sociobiología y psicología evolucionista. No hace falta preguntarle a expertos ni aprendices para conocer la diferencia abismal que medra entre ambas bases y fundamentos.

Pero tienen adeptos, porque… En sus propias palabras, y a grandes rasgos: Garantizan el éxito social y aumentan la cantidad y frecuencia de los encuentros sexuales. 

Muchas veces he dejado ya claro, junto a otras personas que defienden mi misma postura, que no sólo es esto imposible (por causas del libre albedrío como principal motivo), sino que el hecho de vender esto conjuntamente a una utopía de sexo fácil hace que muchas personas no se planteen siquiera que haya una alternativa mejor.

No obstante, cuando una persona se toma la molestia de informarse, contrastar y buscar lo que mejor responde a sus necesidades e intereses, obvia completamente a los científicos y se busca algo más natural, más propicio y acorde con lo que le hace falta. Esto lo explican en la carrera de psicología de hecho. Premio a quien lo identifique.

El estudio de Yela, nos revela además que, a pesar de querer potenciar el atractivo físico, las mayores fuentes de interés tienen más bien poco que ver con el físico. El uso del lenguaje y la comunicación, las características personales que transmitimos, las actitudes, creencias y opiniones, deseos y necesidades… Todo eso va por dentro. Y es todo eso que va por dentro lo que provoca el deseo y el atractivo físico, porque despiertas interés.

Esto hace que muchas personas, como un servidor, prefieran trabajar con el interior y hacer que las personas crezcan y se desarrollen adecuadamente, antes que enseñarles trucos y tretas para proyectar una apariencia de vida que no es la suya, y aparentar unas características que no poseen realmente. O lo que es lo mismo, mentir.

Y al mismo tiempo hace que queramos prescindir de métodos, de estructuras, de materiales enlatados para echar mano de ellos cuando no seas capaz de ser tú mismo… En concreto (ya que no puedo hablar por otros), al Brujo le gusta poner a la gente en contacto con la Magia que llevan dentro. Sus emociones, sus propias características…

Todo es sencillamente a través de autoconocimiento y autoaceptación. A partir de ahí, aparece la autoestima y la seguridad en uno mismo y las propias habilidades y capacidades. Se puede ver que de artificios y mañas, más bien poquito…

Al respecto de la seducción, podemos decir que Kheldar cree (a título personal, por supuesto; si otro comparte esta idea me alegro) que no hay seducción que valga si no va acompañada de un interés real por la persona que se pretende seducir. Pues es dicho interés el estímulo que nos lleva a desarrollar el potencial de seducción.

Que se manifieste a su vez en forma de sentimientos y emociones es perfectamente posible y de hecho algo probable, aunque no siempre ocurre o no con la misma intensidad. Lo que sientes por alguien nunca es igual con personas distintas. Y es nada más y nada menos esto lo que procuro transmitir al mundo.

Por lo que nos encontramos en la división entre Naturales y Robots Sociales, una vez más. Si pinchas en estas palabras, podrás leer la historia de muchos de los que descubren la supuesta ciencia y se ciñen a ella como si fuera su única solución, pero tiempo después empiezan a ver a través de la venda y sienten la necesidad de algo más.

Y de paso, comparar tu situación personal con la descrita… Si lo deseas.

Me gustaría finalizar el texto remitiéndome a la pregunta que lo abre y le da título. La seducción tiene mucho -si no todo- que ver con el amor. Y para mí, es un Arte que otorga muchos y muy diversos e intensamente deliciosos placeres. Si uno sabe vivir bien, puede vivirlo todo. Y soy ejemplo viviente de esto mismo, junto a muchos otros.

Así pues queridos lectores y queridas lectoras… ¿Qué opináis? Es arte, es ciencia, o simplemente placer… Me gustaría escucharos, no tengáis miedo de opinar.

Cierro con una cita de Chojin (os dejo directamente todo el vídeo junto a la cita):

¿Distinto? No. Soy de otra galaxia.
En mi planeta la distancia no existe si andas; existe si te paras.
No hay nada, repito: nada, que no se pueda hacer cuando le pones ganas. Y ni es autoayuda, ni fe ciega ni otras chorradas.
Era la simple realidad. Verás que mi sistema es quien gana.

Abrazos!

Kheldar

Referencias:

Yela, Carlos: El Amor desde la Psicología Social. Ni tan libres, ni tan racionales.