En tan loable fin tiene el italiano una gran desventaja respecto del catalán y, sin embargo, un punto fuerte personal que puede contrarrestar aquella.
La debilidad es que los jóvenes del Barsa tenían una forma de jugar desde las categorías inferiores que les confería marchamo de calidad y gusto por el buen juego, el de la Masía, y, por el contrario, los del Madrid carecen de un esquema propio desde su base y cada equipo ejerce en el campo lo que su técnico de turno les enseña. Por eso en los blaugranas suelen aparecer varias futuras figuras en la misma tacada generacional y en los blancos priman las individualidades. El último ejemplo de lo excepcional fue cuando la llamada quinta del buitre, y también contribuyó a ello lo que a continuación diremos.
La ventaja del nuevo entrenador madridista es el gran prestigio profesional con el que llega al Bernabéu, más el apoyo que pueda encontrar en Zidane para superar las seguras dificultades que hallará en el comienzo de la ilusionante aventura que parece vislumbrarse. Y, también, que una parte notable del madridismo está deseando que ello suceda. Enfrente tendrá a los forofos irreductibles que tienen a ciertos personajillos de cuyo nombre quiero dejar de acordarme como pendones de su barriobajero madridismo y jalean meteduras de pata, de dedos, de lengua o de lo que haga falta.
Ojalá tenga Ancelotti las cinco uves - con ‘vuevos’ - que tuvieron Di Stéfano y Amancio para hacer titulares a los Sanchís, Butragueño, Michel y Martín Vázquez, por ejemplo.
Y hay otro hecho por el que también suspiran los buenos aficionados blancos: que en el futuro de España como mejor selección del mundo en la actualidad, según la propia FIFA, jueguen un número notable de valores madridistas y no los escasos dos o tres fijos que se han alineado en el último quinquenio coincidiendo con la edad de oro de nuestro fútbol. Las mieles de esa grandísima gloria también se las ha birlado el máximo rival. El Barsa no sólo ha llegado a tener hasta ocho jugadores titulares en la actual campeona del mundo y las dos últimas de Europa sino que ha sido el referente de mejor juego mundial que ha exhibido nuestra selección.
Muchos madridistas están deseando que los Morata, Jesé, Isco, Carvajal, Derik o Illarramendi, si afortunadamente se confirmara su fichaje, y algún otro por el estilo – lo de Thiago sería la ‘releche’ por la actual tontuna culé – tomen el protagonismo que merecen.