Qué difícil es llegar al último tema de un disco. Hoy vamos por el tema 5 y ya no perdonamos ningún bajón. Enseguida, pum, algún otro buen tema del playlist aparece y manda al resto del disco que veníamos escuchando a los oscuros aposentos de la papelera de reciclaje. Por suerte existen los buenos y salvadores periodistas de rock. Ayer, leyendo la revista Brando, me tope con una nota sobre Elvis Costello y su nuevo disco National Ramson, al que tengo que reconocer que no le presté la atención que merecía. Tratando de amigarme con él leí la nota firmada por Alejandro Lingeti e inmediatamente puse play de atrás para adelante buscando conectarme con un artista que respeto tanto como desconozco.
Es un trabajo conceptual por partida doble: desde el punto de vista lírico la temática dominante es la ambición capitalista, el amor descontrolado por el dinero, metaforizada en la figura del lobo, sigiloso y voraz; desde lo musical una nueva relectura de los géneros que han aportado la savia fundamental al árbol robusto y gigantesco conocido como Americana: folk, country, rock and roll básico, y blues, dice Alejandro de este disco. El resultado son canciones que funcionan como un ABC para los que nos hablan de Leon Russel, o T. Bone Burnett, y tenemos que hacer copy paste en Wikipedia.
National Ramsom tiene una variedad estilística que sorprende, y te lleva por terrenos conocidos pero poco profundizados. El cierre de tanto clasicismo es dulce y atemorizante. Justo escuchaba A Voice in The Dark mientras hacía compras en el súper chino y no paraba de cargar boludeces en el chango. Porque así funciona la cosa amigo Elvis, somos unos boludos alegres, y gastadores.