A vueltas con Japón y mi historia con Pavlov´s Dog:

Publicado el 30 octubre 2014 por Victorhugo
No pasa un día sin que deje de pensar en Japón. Supongo que viajar al país del 'ichi-go ichi-e', de las fresquitas 'Asahi biru', de la pasmosa creatividad artística de Hayao Miyazaki y de los deliciosos 'makisandwich' tiene esas cosas... Y hoy no ha sido una excepción. No lo puedo remediar. Es más, no quiero. Por eso mismo, ahora que he regresado del curro y ya estoy en casita, he aprovechado para rebuscar en la discoteca un par de discos que hicieran compañía a mis pensamientos.Fue allá por primavera cuando os comenté 'una de mis peripecias por Tokio'. Pues bien, resulta que en Union Disk, aquella enormidad de tienda musical (tentadora como ninguna que haya visto en mi vida) no sólo me compré únicamente los discos de los nipones Flower Travellin´ Band, sino que también y por casualidad, pues estaba a punto de salir por la puerta, me encontré con los estadounidenses Pavlov´s Dog y una cajita que reunía sus dos primeros trabajos titulados 'Pampered Menial' y 'At The Sound Of The Bell'. Quiero que quede claro que me los llevé sin titubear. Todavía nos quedaban días en Japón pero es que estaban ahí, tan solos, tan a la vista y a los oídos de cualquier otro turista occidental con gustos retorcidos, llamándome tan lastimeros... No podía dejarlos. ¿Me entendéis verdad?

Dentro de muy poco hará 5 años que descubrí por las redes a Pavlov´s Dog, una banda radicada en Saint Louis y fundado originalmente en el año 72 que se caracterizaba por poseer un sonido un tanto ambivalente a base de contraponer (o yuxtaponer) Rock Progresivo y AOR, complejos e interesantes arreglos y la aplicación del concepto 'canción', las melodías y la potencia, querencia por lo acústico y lo eléctrico... Es decir, una banda que buscaba captar nuestra la atención de nuestros oídos mediante la dialéctica y confrontación de elementos tan dispares. Y a fe que lo lograron.

Formados como septeto, Pavlov´s Dog contaba entre sus miembros con la presencia de David Surkamp al micrófono (poseedor de una aguda y muy característica voz que o bien se ama o bien se odia) y guitarra de acompañamiento, Steve Scorfina a la guitarra solista, Rick Stockton al bajo eléctrico, Mick Safron a la batería, David Hamilton a los teclados, Doug Rayburn al mellotron y flauta, y Siegfried Carver como multiinstrumentista: guitarra, violines, carraca, matasuegras y zambombas varias.
En 1975 salió a la venta bajo el auspicio de la CBS su primer trabajo grande, 'Pampered Menial'. Un disco que presentaba nueve cortes todos ellos realmente impresionantes, pero debido a que estoy cansaete y a que ya hice estas reseñas tiempo atrás, vamos a destacar únicamente los tres primeros temas que abren el disco:


"Julia" llama la atención por su fugaz, bella y romántica introducción al piano, las guitarras acústicas mecidas por el mellotron, la sensación de reposo y calma que produce el empleo de la flauta, el meloso dramatismo de su letra "I can´t live without your love"... Todo ello da como resultado una canción redonda e idónea para el día de San Valentín y para todos los días de tu vida si crees en el amor.

En "Late November" el ritmo y la tensión emocional se hace dueño de la canción y se entrelaza con una de las grandes interpretaciones de David Surkamp, donde su afectada voz alcanza niveles increíbles. Un torrente de sentimiento. La instrumentación aquí es genial y consiguen crear un clima y un ambiente verdaderamente mágico gracias a la conjunción de guitarras acústicas, melotrones y demas cachivaches que tanto nos apasionan a los impenitentes seguidores del Progresivo.


"Song Dance" es otra de mis canciones favoritas del disco. Una introducción épica y grandiosa que directamente da paso a una sección rítmica y unos riffs de guitarra que parecen sacados de una sesión de grabación de grupos de Hard-Rock como Black Sabbath o Deep Purple. Muy muy contundente. Sobre esta sólida base aparece de nuevo la potencia vocal y el vibrato de David, así como la aportación de Steve y Carver a la eléctrica y al violín. Sublime todo.

El disco continuará galopando con brío a lo largo de los minutos con "Fast Gun", "Natchez Trace", para trotar suavemente con "Theme From Subway Sue", "Episode", "Preludin" y acabar dejándose el alma, totalmente entregado, con "Of Once And Future Kings" Tenéis que escucharlos.


Un año después Pavlov´s Dog volvió a la carga con 'At The Sound Of The Bell'. Un disco que al igual que el anterior contaba con nueve temas, pero ahora con un resultado global mucho más maduro y reposado.Toda la energía y grandilocuencia caracterísitica de lo Progresivo parecía haberse disuelto o canalizado hacia unas formas sonoras más asequibles o inocuas como bien demuestran en bellas y conmovedoras composiciones de corte clásico como "She Came Shinning", "Standing Here With You (Megan´s Song)" y "Valkerie", por decir algunas de las nuevas canciones que dejaron entrever la nueva senda que seguirían a partir de ahora Surkamp y compañía.

Tras sufrir algún que otro pequeño cambio en la formación previo a la grabación de este segundo LP, la banda decidió abrirse a aportes externos y enriquecer su sonido. Como tontos no parecía ser, se buscaron las mañas para contar con colaboraciones estelares de artistas de talla mundial como el ex-Yes Bill Brufford a las baterías, el reputadísimo Michael Brecker y ex-Roxy Music Andy MacKay a los saxos. Así debía dar gusto. Se puede percibir que el ambiente general de las canciones es más ligero, pero siempre elegante y manteniendo el nivel de calidad por los aires. ¿No me creen? Pues escuchen "She Breaks Like A Morning Sky":
La corrección de estilo de esta banda en su segundo álbum quedó marcada para siempre con un sello titulado "Did You See Him Cry", pero tanto los vericuetos de la industria discográfica como de la vida de los artistas a veces lleva a lugares que no son los más deseados. Eso es lo que les ocurrió a Pavlov´s Dog, pues tras estos dos primeros trabajos llegaría 'Third', para más INRI en 1977... Una fecha compleja para una banda empeñada en hacer música con tanto esmero y cuidado. De ahí en adelante la popularidad de la banda (que nunca fue mucha, la verdad) bajó enteros, y la irregularidad a la hora de publicar material (a una media de disco por década hasta nuestros días) terminó por rematar la faena y provocar que nos encontremos delante de una de esas bandas de culto. Y nosotros lo disfrutamos, porque hay que ser de Pavlov´s Dog.


'Ticketo'.