Revista Cultura y Ocio

A vueltas con la historia (Reseña de 'Historia del siglo XX' de Eric Hobsbawn')

Publicado el 11 septiembre 2013 por Jdmora

David Sediles (@davizoaf)
'Historia del Siglo XX' es un libro que como su propio nombre indica abarca, desde una perspectiva global, la historia de ese siglo. Aunque para ser más precisos abarca la historia del “corto siglo XX”, que va desde 1914, con la Primera Guerra Mundial, hasta 1989, con la caída del bloque soviético. Este periodo de tiempo abarca los acontecimientos históricos más relevantes y que dieron una personalidad propia al siglo XX. 

A vueltas con la historia (Reseña de 'Historia del siglo XX' de Eric Hobsbawn')

'Historia del siglo XX'
Eric Hobsbawn
Editorial: Crítica

El libro se divide en tres grandes bloques que tratan de reflejar las tres fases en las que a juicio del autor se dividió este corto siglo XX. La primera es “la era de las catástrofes”. Ésta abarca las dos guerras mundiales y el convulso periodo de entreguerras. La segunda es “la edad de oro”, que recibe su nombre por el periodo de gran crecimiento económico que siguió a la Segunda Guerra Mundial y que se mantuvo hasta la crisis del petróleo de 1973. Y la última es “el derrumbamiento”, que va desde el fin de bonanza económica hasta la caída del bloque soviético. 
El autor de la obra es Eric John Ernest Hobsbawm (Alejandría, Egipto, 9 de junio de 1917 - Londres, Inglaterra, 1 de octubre de 2012), aunque más conocido como Eric Hobsbawm. Éste no solo analiza el siglo XX como historiador sino, debido a su trayectoria vital, como testigo de muchas de sus transformaciones. El ejemplo más claro es que tras pasar su infancia en Viena y Berlín la familia Hobsbawm, de orígenes judíos, tuvo que emigrar en 1933 a Londres cuando los nazis alcanzaron el poder en Alemania. 
Paralelamente a su labor como historiador Hobsbawm desarrolló una labor de crítico musical de jazz que se originó en la gran afición que tenía por este género musical, como declara en Historia del siglo XX. La producción de Hobsbawm sobre jazz no se restringió a críticas y se plasmó también en libros completos dedicados al tema. A través de esta afición personal se explica la buena cantidad de espacio que se dedica a la Cultura de las distintas décadas analizadas y las transformaciones que ésta sufre como reflejos de las transformaciones sociales que se desarrollan paralelamente. En cada uno de los tres bloques en que está dividida la obra se puede encontrar un capítulo dedicado estrictamente a la cultura de la época. En esta decisión pesa la concepción que tenía Hobsbawm del jazz como un estilo de rebelión, rasgo que puede ser algo más difícil de encontrar en otros autores pero que no es gratuito en ningún caso porque ayuda a escapar de la historia estrictamente política y “dibujar” la sociedad de la época con un mayor número de matices 
Pero la historia cultural o social no es la única técnica que emplea Hobsbawm para dar riqueza al texto y al análisis que contiene. El periodo histórico que se aborda coincide en gran parte, excepto su inicio, con el de la vida del autor. Por esto desde el prefacio lo cuenta como un testigo de los hechos y puede añadir pequeñas anécdotas personales o de la gente que conoció a lo largo de su vida que corroboran desde la pequeña escala lo que el análisis comparado dice desde la general. Esto permite humanizar la Historia al mostrar cómo cada hecho o política afectó a la vida de las personas. 
El principal problema al que se enfrenta este libro es que en un solo volumen aborda la historia de casi todo el siglo XX y de todo el mundo. Lo cual es casi inabarcable ya que algunos pequeños acontecimientos que aparecen por las páginas de Historia del siglo XX ya cuentan con extensas obras exclusivas sobre los mismos. Por esta razón no queda otro remedio al autor que dedicarse más al análisis de los hechos que a su exposición y a la descripción de áreas del mundo como bloques en lugar de bajar al desarrollo concreto de cada uno de los países que las forman o como mucho compararlos entre sí. Este método se puede percibir claramente, por ejemplo, aplicado a los países de Sudamérica
El caso de Europa, contando al bloque soviético como parte de este continente, es distinto al del resto del mundo y es tratado con mucha mayor profundidad que otras zonas, aunque tampoco sin llegar a una descripción pormenorizada de cada país. Pero sería un error acusar por este hecho al autor de eurocentrismo ya que hasta finales del siglo XX los acontecimientos acaecidos en este continente tenían una influencia en el resto del mundo que no se producía a la inversa con tanta intensidad. 
Un libro como éste también genera ciertos problemas para el lector. El primero es que no es un libro apto para un neófito de la Historia porque en él se dan muchos conocimientos históricos previos por sentados y se pasa de puntillas por otros en los que el lector podría desear buscar más profundidad. Aunque desde esta perspectiva Historia del siglo XX también puede ser considerado como un libro de iniciación que da una visión de conjunto y descubre una variedad de cuestiones en las que el lector puede profundizar a partir de aquí con otras lecturas.Aunque por el lado contrario con un lector con gran conocimiento de la historia la descripción de algún pasaje puede pecar de simplista por lo reducido del espacio dedicado. 
Una lección de la historia para el presente  Siempre me gusta recordar esa frase que ya es un tópico de que la historia está llena de lecciones para el presente y que los pueblos que la olvidan están condenados a repetirla. La saco a colación en el momento actual en el que se acerca la Diada de Cataluña por las reflexiones que Eric Hobsbawn hace en el libro sobre la nueva oleada de nacionalismos que adquirió vigor a partir de 1973 (aunque las raíces de los casos españoles son muy anteriores). 
Hobsbawn considera que estos no son más que una respuesta emocional a una época de incertidumbre y estancamiento económico que comenzó con la crisis del petróleo de 1973 pero en ningún caso un programa elaborado de respuesta a los nuevos retos que aparecieron. Es más, al contrario si estos nacionalismos consiguieran su objetivo se cumpliría el sueño de las nuevas empresas transnacionales que cada día ganan en tamaño y poder y que se enfrentarían a una serie de estados cada vez más fragmentados y pequeños y por lo tanto más incapaces de controlarlas.


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