Hacía tiempo que no oíamos ni leíamos expresiones de este tenor: lo del gobierno Frankenstein o el de perdedores. Ambas fueron acuñadas por los populares, hace algún tiempo, como para abominar del sistema parlamentario por el que nos regimos y por el que dos o más fuerzas no ganadoras de unos comicios están perfectamente legitimadas para unir sus votos y gobernar. Un hecho contradictorio, a la vez que recurrente, para el PP, como ocurrió por ejemplo en 2018, cuando la socialista Susana Díaz fue la más votada en las elecciones autonómicas andaluzas, pero un acuerdo del PP, Ciudadanos y Vox permitió al popular Juanma Moreno presidir la Junta. O en 2019, cuando los también socialistas Ángel Gabilondo, quien ganó en la comunidad madrileña, Luis Tudanca, en Castilla y León, y Diego Conesa, que se impuso en la murciana, se vieron privados de acceder al gobierno por esos tres mismos partidos, que lo impidieron, en favor de Isabel Díaz Ayuso, Alfonso Fernández Mañueco y Fernando López Miras, respectivamente.
Las situaciones en España y en la Región de Murcia son diametralmente distintas. Mientras los resultados del 23J arrojaron un escenario lejano para las aspiraciones de Alberto Núñez Feijóo -que con Vox no alcanza los 176 diputados que precisaría para ser investido-, el 28M sí aproximó a López Miras a la mayoría necesaria para revalidar su presidencia, quedando a tan solo dos escaños de los 23 que le son precisos.
Resulta más que razonable que el PSOE alegue incompatibilidad de caracteres con el rival cuando se le reclama su abstención para que el PP gobierne en ambos casos. Sería idílico esa altura de miras, a la que tantas veces se apela, para impedir que dependa de la extrema derecha y de sus, cada vez, más acuciantes demandas. Pero los ejemplos en la Junta de Extremadura y, más cercanos aún, en los ayuntamientos de Molina de Segura o Cieza, entre otros, evidencian una diáfana dosis de incongruencia a la hora de plantearlo.
Al PP le ha salido un hipotético socio demasiado rocoso en la Región. Vox no está por la labor de facilitar la investidura de López Miras gratis et amore, sin nada a cambio. El precio, ya lo dijeron en campaña y lo vienen reiterando desde el 28M, pasa por entrar a formar parte del Ejecutivo. Esta semana, tras los resultados del 23J, los responsables murcianos de Vox, lejos de aminorar la presión, han apretado las tuercas al PP: se muestran inflexibles a la hora de reclamar la vicepresidencia del Ejecutivo, desde la que controlar y fiscalizar la acción de gobierno, y dos o más consejerías, pero con poder real de decisión.
En el PP llevan tiempo convencidos de que la Región puede estar abocada a una repetición electoral. “No quieren coalición, sino imposición», dijo este jueves el consejero de Presidencia, Marcos Ortuño, en referencia a la intransigencia de los de Abascal. Ni siquiera ha valido el caramelo de ofrecerles in extremis un puesto en la Mesa de la Asamblea Regional -posiblemente una vicepresidencia-, más el del senador autonómico que le corresponde -que podría haber recaído en Alberto Garre-, e incluso, nada descartable, la presidencia de la Autoridad Portuaria, un cargo siempre apetitoso al llevar consigo el sueldo público más elevado de cuantos se perciben en esta comunidad autónoma.
En Vox alegan que no quieren esos sillones, en referencia a lo que les ofrecen por el momento. Que lo que pretenden son los del Consejo de Gobierno. Y, además, con mando en plaza. Luego entonces, habrá que deducir que sí quieren sillones; pero de otro tipo. Hay quien, incluso, ya ha puesto fecha para las autonómicas reincidentes: el miércoles, 25 de octubre, precedidas por una reducida campaña electoral de solo ocho días. Todo muy atípico, pero también muy cansino para una exhausta ciudadanía. La otra noche, en el Canal 24 horas de TVE, el resucitado director del CIS, José Félix Tezanos, advirtió de que la repetición de elecciones constituye “un desastre” que perjudica sobremanera a los que la provocan. Y señaló directamente los casos de Podemos y Ciudadanos. Por el camino que llevamos, parece que Vox podría ser el siguiente en la lista. El tiempo lo dirá.
[eldiario.esMurcia 29-7-2023]