En agosto de 2004 se realizó la presentación formal de Aaron en el spot “Todos los días es domingo”, donde cantaba feliz y despreocupado, arrasando entre el público más joven de la casa. Aunque la compañía insiste en que Aaron es un dinosaurio, las sucesivas operaciones estéticas le asemejan más a un hipopótamo amarillo al que, sucesivamente, han colocado orejas, cuernos, alas y otros atributos que sólo sirven para terminar de confundir sobre la ascendencia filogenética del bicho.
Desde entonces, nuestro dinosaurio ha protagonizado otros spots, como “Aaron’s Happy Song” (2016) o el más reciente (2022), en el que una CGI más depurada ofrece un resultado mucho más convincente y, además, presenta más fauna mesozoica.
Pero Aaron se ha diversificado como activo y también anuncia otros productos, como el clásico (en Taiwán) snack Golden Ox Horn:
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[1] También han ganado una de oro en bádminton y tres de bronce en halterofilia, tiro y barra fija (gimnasia).[2] La controversia arranca de la primera guerra sino-japonesa, que terminó en 1895 con el tratado de Shimonoseki, por el que China cedió Taiwán a los nipones. Tras la Segunda Guerra Mundial, el ejército japonés se rindió ante el chino (trasladado a la isla por los americanos), pero formalmente el territorio no fue devuelto hasta el tratado de San Francisco, en 1952. Para entonces, había tenido lugar la Guerra Civil China, tras la que el gobierno nacionalista acabó refugiándose en la isla, expulsado por los revolucionarios de Mao, que fundaron la República Popular China en 1949.[3] En 1945, el Comité Provincial de Supervisión de Seguros de Taiwán tomó el control de las compañías de seguros japonesas de la isla y en 1947 fundó Taiwan Life y Taiwan Product Insurance con inversiones de bancos provinciales y del tesoro público.