ABBA FONSECA(****S)
Plaza San Blas 2
37007 Salamanca
Telf: 923.011.010
Fax: 923.011.011
www.abbafonsecahotel.com
Habitación: 204
Fecha de Entrada: 29/09/2009
Tarifa: 88€ (Alojamiento y Desayuno)
Junto al Colegio Fonseca y a un paso del corazón histórico de la ciudad universitaria, en un antiguo convento que todavía conserva la robustez y seriedad de sus muros exteriores y algunas reproducciones de inscripciones renacentistas que decoran la recepción. Antes de la puerta una plaza peatonal a la que resulta complejo -pero no imposible- acceder con el coche.
Tras una puerta giratoria moderna accedemos a una poco sorprendente recepción. Demasiado estilismo de la cadena y pocas concesiones a darnos ver que estamos en Salamanca. Apenas unas inscripciones claramente modernas con grafía antigua en la parte superior de las paredes. En largo mostrador lleno de folletos y papeles en un lado y bastante desordenado en su interior nos esperan dos jóvenes para cumplir sin pena ni gloria el ritual de cada noche: ¿su bono? (¡si llevo dos semanas de viaje ¿dónde quiere que tenga el bono?!), ¿su tarjeta?, ¿su DNI?. Mientras tanto un obrero se afana en cerrar el techo practicable y recoger una escalera y los escombros tras haber realizado una reparación. Junto al mostrador se extiende una zona apenas iluminada con tres sofás y mesas de centro que invitarían a la lectura de no ser porque el secador del baño situado al fondo lanza su potente sonido hasta allí y el volumen del televisor de la cafetería -situada junto al baño- es demasiado estridente.
Entregadas las llaves subimos por unos modernos ascensores hasta las habitaciones. Al salir del ascensor encontramos unos pasillos iluminados con luz amarillenta. Moqueta roja y puertas de madera clara. Tras la puerta la moqueta salmón mullida y bastante limpia nos sigue acogiendo. Un pasillo en el que encontramos el armario -bastante escaso en cuanto a su configuración interior- y un maletero a la izquierda. A la derecha, la puerta del baño.
Tras otra puerta de separación y aislamiento llegamos al dormitorio. Amplísimo. Enorme en espacio. Escaso en luz. La tarde amenaza tormenta, pero la altísima ventana del fondo da a un patio interior al que podrá entrar la luz pero no en esa tarde. Las luces incrustadas en el techo son claramente escasas para el trabajo y la lectura.
Una cama enorme muy alejada de sus mesillas y rematada con un cabecero negro y blanco que pretende imitar burdamente a la piel se ve acompañada por un largo escritorio que comienza con el minibar y la tele de plasma y que termina en una amplia zona de trabajo con enchufes (no los hay en las mesillas), algo más de luz y wifi de pago. Junto a la ventana hay una mesa de centro don dos butacas y un planchador eléctrico colgado de la pared junto a un poderoso espejo. Sobra espacio por todos los sitios y a veces se tiene la sensación de cierto "desangelo".
La cama resulta muy correcta. Frescas y suaves sábanas y ligera manta. Aparece cubierta por una colcha color asalmonado algo sucia, a juego con el techo, también salmón y las cortinas. Por la noche la oscuridad se consigue bastante bien. No se escuchan ruidos fuera, al dar a un amplio patio interior en su mayoría no ocupado pero la insonorización interior deja mucho que desear y en silencio uno es capaz de adivinar hasta la sintonía de la cadena de televisión del vecino.
Las luces de la mesillas son desesperadamente tenues y quedan muy alejadas de la cama para que sirvan para trabajar o leer desde ella. El aire acondicionado funciona con eficacia y silencio y su utilización resulta sencilla.
La puerta del baño se atasca en el suelo al abrirla y hay que empujarla con fuerza. La rozadura está empezando a dejar marca en el suelo. Suelo y paredes de mármol blanco que contrasta con la encimera de mármol verde que acoge un enorme espejo antivaho y un lavabo. Al abrir el grifo del lavabo notamos mucha presión pero poco caudal. Al instante el agua se torna turbia, rojiza y al final marrón. Dejamos que corra un buen rato pero sigue marrón. Y sigue. Y sigue. Tiramos de la cadena y sigue marrón. Lo mismo en la ducha. Será la avería que estaban arreglando en recepción. Tanto rato tomando los datos podían haberlo avisado.
El set de amenities es colosal. El propio de la cadena con alusiones a Atapuerca. No falta nada: set dental, de afeitado, esponja, colonia, after shave... El champú y el gel se ofrecen en dos botellas empotradas en la pared dentro de la ducha. ¿Existe algo menos atractivo que una ducha con eso?. La presión y el caudal sin embargo son muy potentes y consiguen despertarte con brío. Igual que la lencería de baño. Nueva, moderna y poderosa.
Por la mañana un sencillo buffet de desayuno se sirve en una sala apenas iluminada con un par de lámparas de pie. Está claro que el hotel ha puesto el foco en el ahorro de costes. Si oscura es la sala en la que desayunas, negro es el camino hasta llegar a ella. En la despedida tan solo ¿algo de minibar? ¿parking?. Adiós.
Calidad/precio: 7
Servicio: 6
Habitación: 7.5
Baño: 8
Estado conservación: 8.5
Valoración General: 7.5