ABBA es de esos grupos de los que siempre he pensado que han dejado, guste o no, un gran puñado de canciones para la posteridad dentro de la música popular del siglo pasado.
Más allá de los millones de discos vendidos, es un estupendo ejemplo para comprender y entender que calidad y comercial no son antagónicos, sino que se pueden complementar perfectamente.
En el año 79, y sabiéndose adaptar cual camaleones a las tendencias del momento, el grupo lanza este temazo que ya es un clásico.
Pop y Disco Music se dan la mano creando una alianza sin fisuras posibles.
Los sintetizadores trotando, el bajo marcando ese ritmo implacable, la voces femeninas y los arreglos orquetales Disco y esa melodía de sintetizador que ya queda para la posteridad.
En definitiva una gozada que sigue haciéndonos bailar a muchos después de casi cuatro décadas.
Impecable e implacable!
Y siendo niño, Qué guapas me parecían estas chicas!