ABCD City: Un diccionario aleatorio de la ciudad de Nueva York

Por Paisajetransversal @paistransversal
por  Julia Ramírez Blanco

Resulta extremadamente difícil poder hablar de ese delirio que es Nueva York, urbe tantas veces recreada, soñada, autopublicitada. Esto no pretende ser más que la crónica subjetiva de unos días en marzo, cuando el frío y el calor extremos se alternaban para contribuir a la intensidad del viaje. 
New York City es una ciudad narcisista que se mira a sí misma continuamente, y cree que no hay nada fuera. Es el paradigma de un modelo económico (capitalista), urbano (de megalópolis) y de sociedad (de consumo). Por eso, cada uno de sus ladrillos, de sus vigas de metal y de sus placas cristalinas, está hecho de ideología. Nueva York es un paradigma transitable. Uno puede perderse por calles que materializan un modelo que agoniza de éxito, entre ruidosos cantos de cisne cuyos ecos llegan a cualquier rincón del mundo. Este diccionario de una visita personal, sólo quiere señalar alfabéticamente conceptos-motor que capturaron mi imaginación al otro lado del Atlántico, en ese extraño y gigantesco sitio. 

Altura: hay dos maneras de ver la urbe, desde abajo, como caminante abrumado por los enormes edificios, o desde arriba, abarcándolo todo. Imaginar a los magnates mirando la ciudad desde, pongamos, el Chrysler o el Empire State Building, sabiendo que en gran parte todo ese territorio es suyo, resulta entre escalofriante y divertido
Brooklyn: casi todas las personas que he conocido viven allí. No es de extrañar, teniendo en cuenta su enorme tamaño. Una frontera invisible dentro del barrio separa la zona habitada por afroamericanos del área donde se alojan los blancos. 

Chrysler: el rascacielos preferido por los neoyorquinos y los monos gigantes aparece de repente al salir de la estación de Grand Central, con su techo cuajado de estrellas. Que no se pueda entrar en el Chrysler añade magia a esa puerta expresionista que según sus detractores tiene forma de ataúd. 

Democracia: jajajajaja. 
Exit Art: en este centro cultural alternativo veo la mejor exposición de todas las que he visitado en marzo. Da pena que Every exit is an entrance (Toda salida es una entrada) sea el último trabajo de esta galería que está a punto de cerrar. La retrospectiva de una trayectoria valiente a lo largo de treinta años supone recopilar las energías de creadores que han trabajado en la ciudad de Nueva York, desafiándola y ampliándola. 

Galerías: El poderío de las galerías de arte neoyorquinas recuerda a muchos museos. En el barrio de Chelsea están fuertemente establecidas y sus obras configuran discursos sólidos y hermosos. Un amigo se queja de que hay poca experimentación: una excepción sería la Eyebeam Gallery, dedicada a las relaciones entre creatividad y tecnología. 

Gentrificación: está en la boca de todo el mundo allí. La historia de cómo cuando llegaron su barrio era un lugar barato y bohemio y ahora, desde luego, ya no es aquello lo que era. La gentrificación es una de tantas formas de proceder que América ha importado al mundo. 

Homeless: los sin techo son una parte constitutiva de la urbe. A veces, la policía los saca del metro a patadas. Son una presencia tan característica, que el artista Krzysztof Wodiczko trató de inventar un carrito donde pudiesen transportar sus enseres y refugiarse un poco. Piden cambio (change). Algunos claramente tienen serios problemas mentales: cuando Nixon cerró los hospitales psiquiátricos, gran parte de los antiguos pacientes pasaron a vivir en las calles. 

Jodida: Nueva York es, obviamente, una ciudad dura, donde muchas personas padecen una suerte de síndrome de Estocolmo urbano. Se empeñan en quedarse mientras viven en extrema infelicidad. 

Luz (eléctrica): De noche, los edificios se dibujan en bombillas y la solidez de los puentes apenas se adivina entre líneas de puntos blancos. 

Masculinidad: Inequívocamente, Nueva York es una urbe masculina, hecha de grandes rascacielos fálicos que compiten en tamaño. Por contraponer, París es claramente una dama que tiene el pubis en la Place Dauphine

Museos: visitar el MoMA es como caminar por un manual de historia del arte: las imágenes de sus paredes son las mismas que articulan el discurso normativo. El Guggenheim, edificio prodigioso, en marzo alberga casi nada, grandes cantidades de aire sacralizado. El Whitney Museum tiene una bienal desarticulada que sin embargo está llena de obras interesantes, con fuerza discursiva propia. 

Nonsense NYC: es la lista de correo del underground de Nueva York. Basta subscribirse para recibir semanalmente coordenadas espacio-temporales donde se mezclan jornadas reivindicativas y exposiciones de arte. El artista Jeff Stark es quien manda estos correos electrónicos que articulan encuentros en muy diversos lugares. 

Occupy: reflexionando acerca de las relaciones de Occupy Wall Street con la contracultura la conclusión era siempre la misma: Occupy Wall Street es un movimiento de contracultura. Una contracultura disidente, politizada, que trata de eliminar la distinción entre el ocio y el activismo. Entre el momento del cambio político y la cotidianeidad. 

Plagas: son estacionales. Cucarachas y mosquitos aparecen en los meses de calor. Las ratas son las protagonistas el resto del año: algunos dicen que hasta cuatro roedores por habitante. Las que yo vi en el metro eran lustrosas. Por la noche se animan y se suben a los andenes. 

Regalos: la psicogeografía vería que la ciudad está surcada por recorridos de consumo, que se entrecruzan y bifurcan. Es una urbe que continuamente te pide que compres, lanzando estímulos visuales desde lujosas boutiques o desde tiendas de diseño en el barrio hipster de Williamsburg. Llaman la atención los puestos callejeros. Primordialmente venden gorros con forma de animal, pero también abrigos de pieles o gafas y gorras pintadas por un grafitero. 

Skyscrapers: A veces al andar por Manhattan, entre sus moles arquitectónicas, uno se siente atravesando desfiladeros de cristal. Como la mayor parte tiene una superficie reflectante, se configuran juegos de espejos donde en ocasiones se cuela un trozo pequeño de cielo. 

Street art: en el lugar donde nace el grafiti, el arte callejero sigue siendo profuso y estimulante. Las aceras son museos al aire libre, donde los agentes meteorológicos contribuyen a completar las obras de técnica mixta que se muestran en la pared. 


Times Square: Nunca he visto algo tan absurdo, tan netamente demente. El inmenso brillo de una plaza articulada por el signo publicitario se expresa a través de enormes pantallas digitales. Unas recientes gradas hacen que la gente pueda sentarse a contemplar el espectáculo de los anuncios. En su exceso, resulta fascinante, y el lugar se siente como el corazón del capital, cuyas luces cegadoras parpadean/palpitan para todo el planeta. 

Underground (metro): Todo el recorrido está centrado hacia Manhattan. El metro de Nueva York tiene vagones plateados como balas y anuncios de estética trash por encima de los asientos. En los túneles los grafiteros firman justo debajo de las luces que iluminan la oscuridad. Parece un museo subterráneo, que apetece visitar a escondidas.

Wall Street: Es un lugar de solidez, sin las estridencias de casino de Times Square. Cerca se sitúa el gran toro de metal que simboliza la potencia del mercado. Me dicen que en septiembre del año pasado algunas personas de Occupy Wall Street trataron de bailar sobre su lomo. Cuando yo lo vi, estaba rodeado por una valla, sus cuernos precedidos por una cola de turistas esperando a fotografiarse junto al becerro del oro. 

Zuccotti Park: la plaza donde se instaló el campamento de Occupy Wall Street es un lugar pequeño, gris, algo desolado. Me cuentan que en Septiembre estaba tremendamente abarrotado, y apenas había espacio. Dicen también que la policía soltaba allí a personas que acababan de salir de la cárcel, para tratar de forzar serios problemas de convivencia. Parece que la población oscilante de la acampada se dividió en dos ejes, separándose también de los sin-techo que pasaron a vivir allí. A todo el mundo le pareció apropiada la presencia de una escultura roja hecha por un artista anarquista. 


Julia Ramírez Blanco es historiadora del arte, y estudia los puntos de interescción entre el arte contemporáneo y la práctica utópica. http://juliaramirezblanco.wordpress.com/
Créditos de las imágenes


Imagen 1: Imagen: El sueño americano (fuente: Julia Ramírez Blanco). Imagen 2: La fe se desdibuja en la pared (confía con fuerza, confía duro) (fuente: Julia Ramírez Blanco)
Imagen 3: Brooklyn con árbol (fuente: Julia Ramírez Blanco).
Imagen4: Chrysler building (fuente: papertoys.com). Imagen5: Tomalaplaza (fuente: Julia Ramírez Blanco).
Imagen 6: Módulos habitacionales en la Eyebeam Gallery (Chelsea) (fuente: Julia Ramírez Blanco).
Imagen 7: Si ves algo, ocupa esa mierda (fuente: Julia Ramírez Blanco). Imagen 8: Wodiczko, Homeless vehicle project (fuente: Krzysztof Wodiczko). Imagen 9: Síndrome contemporáneo de estar quemado (fuente: Julia Ramírez Blanco).
Imagen 10: Vestigios de utopías sesenteras (fuente: Julia Ramírez Blanco).
Imagen 11: Guggenheim por fuera (fuente: Julia Ramírez Blanco). Imagen 12: Cristales rotos en el MoMA (Marcel Duchamp)(fuente: Julia Ramírez Blanco).
Imagen 13: Hazlo tú mismo o muere (fuente: Julia Ramírez Blanco). Imagen 14: Vender cartón (Occupy Union Square. Durante el mes de marzo se ocupa la plaza una semana, aunque no llega a erigirse campamento)  (fuente: Julia Ramírez Blanco). Imagen 15: I rats New York (fuente:http://www.zazzle.es/).
Imagen 16:Rotura instantánea de la antorcha. Made in China. Sold in New York (fuente: Julia Ramírez Blanco). Imagen 17: Geología (fuente: Julia Ramírez Blanco).
Imagen 18: Cuando los muros te piden amor (Soho) (fuente: Julia Ramírez Blanco). Imagen 19: María tenía un corderito. Allá en lo alto lo tenía (fuente: Julia Ramírez Blanco).
Imagen 20: Times Square desde las gradas (fuente: Julia Ramírez Blanco). Imagen 21: Underground, los anuncios (fuente: Julia Ramírez Blanco).
Imagen 22: ¡Toro! (fuente: Julia Ramírez Blanco).
Imagen 23: Zuccotti Park (fuente: Julia Ramírez Blanco). Imagen 24: Volver (Williamsburg) (fuente: Julia Ramírez Blanco).