La intencionalidad política explicaría las diferencias, pero desde luego no las justificaría. Parece que se ratificaron una docena de acuerdos empresariales, (aceite, jamón, vino, Indra, ENSA, BBVA), entre los que el de Repsol (5.400 millones) es con mucha diferencia el más importante.
Como siempre, los acuerdos se negocian antes y se ratifican en un acto protocolario cuando se quieren poner imágenes positivas a nuevos rumbos de relaciones políticas, en los que deberemos pisar el acelerador en nuestras relaciones asiáticas. No hace demasiado tiempo el último gobierno de Aznar exportaba lo mismo a China que a Andorra. Mostraba así la visión de largo plazo del PP.
Debajo de los titulares que dan en El País, hay un mensaje muy importante, Pekín comprará en breve unos 6.000 millones de euros de deuda pública española para añadir a los 25.000 millones que ya tiene (la banca española puede tener 100.000 millones). Como dice Solbes, ‘es un mensaje de confianza en nuestra economía’, lo cual es importante, una visita personal del viceprimer ministro chino me parece altamente relevante, porque los problemas de todo tipo no han remitido y los de la deuda siguen ahí enfrente mirándonos, que China con uno de sus primeros líderes políticos esté aquí y diga confiar en la economía española es un mensaje de calado mundial.
Entre los acuerdos institucionales firmados, están un grupo de trabajo sobre energía, entendimiento en renovables, promoción de inversiones y creación de un centro logístico mercancías españolas en Pekín. Parece poco, pero es un peldaño mayor que el actual, como lo es la visita a Europa poniendo pie en España. China diversifica sus relaciones de todo tipo, ha batido África y lo está haciendo en América latina, ahora Europa. Asia ya lo batió hace tiempo, sus relaciones e inversiones asiáticas son increíblemente superiores al resto, las tres cuartas partes del total.
Qué pena que la sociedad española influya tan poquito en sus partidos políticos, porque China emerge como potencia con el final del siglo XX y se asienta en los primeros lugares en el inicio de éste, y seguir viviendo y decidiendo políticamente como si no existiera el cambio es una locura que tiene muchísimo que ver con nuestra mala situación crítica.