"Abecebichos", de Daniel Nesquens y Jacobo Muñiz: un libro para jugar con las palabras

Publicado el 14 octubre 2015 por Lidiacasado


Título: Abecebichos
Autor: Daniel Nesquens
Ilustrador: Jacobo Muñiz
Editorial: Anaya
Género: álbum ilustrado
Páginas: 64
Publicación: 2/5/2012
ISBN: 978-84-678-2884-9


Qué mejor forma de aprender el abecedario que jugar con las palabras. Animales muy originales aparecen entre estas páginas: bebés ballena que bucean buscando biberones, conejos carteros, delfines dentudos, elegantes elefantes o felices focas finlandesas, entre otros muchos. Acompañados por los profesores Nemo Calypso y Nautilus Cousteau, estos animales se encontrarán en las más variopintas situaciones.
  En este libro todo es posible, la única regla la dicta el orden del abecedario.
 Este es uno de los libros que he conocido gracias a los cursos de las chicas de La Caperuza Roja sobre animación a la lectura a los que he asistido. Es uno de los imprescindibles de Susana, una de las caperuzas, y lo recomienda siempre, así que al final, he caído. Y la verdad, me ha encantado, porque me parece un libro divertido de leer y, sobre todo, con muchísimas posibilidades. Casi infinitas.
   Además, creo que es un libro muy versátil, que nos puede dar mucho juego y que puede ser disfrutado por niños de edades muy diversas. Para los más pequeños, nos puede servir para que vayan aprendiendo el abecedario y los animales. Todos los bichos que conforman este curioso abecedario forman tautogramas (frases cuyas palabras empiezan por la misma letra, por ejemplo, "Graciosas gallinas guisan gominolas gigantes"), con lo que también empiezan a captar el sonido y el juego que encierran las palabras.
   También podemos jugar a encontrar en las ilustraciones animales u objetos que empiecen por cada una de las letras del abecedario, puesto que la parte gráfica de este libro no solo acompaña al texto, sino que lo enriquece y multiplica sus posibilidades.
   A medida que van creciendo, las actividades se pueden enriquecer: desde, por supuesto, hacer un tautograma con, por ejemplo, la letra de su nombre, hasta ilustrar el abecebichos de Nesquens o escribir su propio abecebichos. O su abeceloquesea, porque las posibilidades de inventar tautogramas es infinita. De hecho el mismo autor tiene, también en Anaya, Abececuentos y Abececirco, ambos con la misma idea de los tautogramas.
   En definitiva, que tengo un montón de ideas que poner en práctica y que estoy deseando hacerlo, porque me encantan los libros que proponen jugar con las palabras y mostrar a los más pequeños (y a los jóvenes, porque este tipo de juegos también les encanta a los mayores) la dimensión más lúdica de nuestra lengua.   Nos seguimos leyendo.