Esta especie, como los demás abejarucos es una ave muy colorida, en su plumaje predominan los tonos carmesí, con excepción del píleo, el obispillo y las cobertoras de la cola que son azules.
Sus hábitats naturales son los valles de ribera y las llanuras inundables, con preferencias por las orillas con taludes verticales para poder cavar los túneles para su nido. Es una especie muy social y se reúne en grandes bandadas tanto en la época de cría como fuera de ella. Descansan por la noche juntos, normalmente en los áboles y cañaverales, y se dispersan durante el día. Anidan en fondo de un túnel de uno a dos metros de profundidad excavado en un talud arenoso, donde suelen poner de dos a cinco huevos.
Su dieta se compone de abejas y otros insectos voladores, que cazan al vuelo acechando desde un posadero. Pueden usar como posaderos las ramas de la vegetación o las espaldas de los grandes animales. También se acercan cuando se producen incendios de matorrales para atrapar a los insectos que huyen.