Para comenzar queremos conocerle un poco. ¿Cómo se convierte un biólogo y veterinario en un escritor de novela policiaca, además de corte romántico y filosófico?
Son aficiones complementarias. Paso los días en un laboratorio agarrado a una pipeta o a un microscopio, y el trabajo se convierte en una obligación y acaba acompañándote a casa. La forma de romper con él es escribir, evadirte al mundo de tus ideas. También serviría ver la tele, pero últimamente no ponen nada interesante. O eres de letras o eres de ciencias, es la creencia popular. No estoy de acuerdo. La imaginación no puede ser atribuida a una disciplina concreta.
En su biografía se declara un enamorado de los espacios abiertos. ¿Se ha sentido en alguna ocasión “prisionero” a lo largo del proceso de redacción?
No, al contrario, para mí escribir es atravesar el espejo. Coges el bolígrafo con una idea, luego la idea adquiere vida propia y te sorprende. Caes al otro lado, estás dentro de una película dónde puede pasar cualquier cosa, y te la estás contando a ti mismo.
¿Cuánto tiempo invirtió?
Escribir El opositor me llevó tres meses. Estaba en Argentina, era invierno, y anochecía muy pronto. Lo escribí en una libreta, a la vuelta tuve que pasarlo al ordenador, y soy muy torpe con las teclas. En ese momento sí me sentí prisionero.
Ha trabajado géneros muy diversos, pero ha recurrido al policiaco en su primera novela. ¿Qué le aporta este género y no otros?
Me he criado viendo películas americanas, casi todas policíacas. Y claro, El opositor salió así, no soy muy original. Si me hubiesen gustado los culebrones venezolanos habría escrito algo distinto.
Lo más difícil a la hora de publicar un libro es conseguir el respeto editorial, ¿nos puede hablar sobre cómo contactó con Click Ediciones? ¿Le propusieron cambios en la novela?
Les envié la novela y les debió gustar, porque me llamaron. Aceptaron la novela tal cual, es más, les comenté la idea de incluir unas ilustraciones de mi hermano y me animaron a ello. Ahora El opositor es una novela para todos, porque tiene santos.
Una queja muy común entre los escritores en estos tiempos es la mala distribución que se suele hacer de los libros publicados con editoriales poco conocidas o relativamente nuevas. ¿Decidió publicar El opositor como libro electrónico para ser más competitivo en el mercado?
No, lo hice porque así el estreno era a nivel mundial y carezco de modestia. Bueno…, la verdad es que publicar en papel y tener un hueco en las librerías es difícil, además, solo se venden los bestseller de tapa dura. Acabas vendiendo en una determinada librería y a tus sufridos amigos. Con los libros electrónicos pasa un poco lo mismo, pero la posibilidad de llegar a un potencial lector aumenta.
Portada de la novela policiaca
Las críticas que hemos encontrado en internet hablan muy bien de El opositor. Destacan su crítica loca, entretenida y ritmo ágil. ¿Esperaba este buen recibimiento por los lectores?
Afortunadamente mi madre no se maneja en internet o las críticas serían peores. Yo me reí escribiendo El opositor y con los dibujos de Gabriel. Me alegro que todo eso haya conectado con los lectores. A veces te esfuerzas pero no llega a ocurrir.
La fuerza psicológica de un opositor es sobrehumana cuando comprueba que su futuro es utilizado como herramienta arrojadiza entre grupos políticos. La reivindicación se hace necesaria. ¿Encontrarán algo de usted en el protagonista, Pedro García Gómez?
Espero que no, Pedro García Gómez es un enfermo mental. Estudiar la oposición tantas veces le ha quemado el cerebro. Además, él se emociona y llora viendo los documentales de la Dos, yo no.
Seguimos hablando de los personajes, ya que sus lectores llegan a empatizar con Pedro García Gómez, un asesino famoso. ¿Seguirá exprimiendo en un futuro a Pedro García Gómez, un personaje potente y que ha calado muy bien entre los lectores, o es algo que descarta?
No. Pedro García Gómez se jubila en esta entrega. Sé que se rumorea sobre la segunda parte, pero no creo que sea posible.
¿Es casual la elección de dos de los apellidos más comunes en España o muestran intencionalidad?
Es intencionado. También el nombre, Pedro García Gómez es un tipo tan anónimo que tiene que buscarse por el D.N.I. para diferenciarse de los demás. Puede ser el origen de sus problemas mentales.
El opositor es una novela policiaca repleta de ironía y humor negro que pone en evidencia a la sociedad actual. ¿Cuál es su denuncia literaria?
Hace dos mil seiscientos años había unos tipos muy listos que tenían claro cómo organizar una sociedad perfecta: Séneca, Platón, Aristóteles… No les hemos hecho ni caso. Y así nos va.
Encontramos en su libro la siempre conflictiva lucha entre la búsqueda de la felicidad individual y la realidad del ser humano como miembro de una sociedad. ¿Tan complicado es encontrar el equilibrio?
Todos los personajes del libro están desequilibrados, no se salva uno. Para ellos es complicadísimo, y mira que se esfuerzan. Para los demás, los entes reales, es más fácil, pero siempre es un equilibrio inestable, todo cambia, te balanceas, caes, lo pierdes y tienes que volver a recuperarlo.
Ahora ponemos la vista en el futuro. ¿Piensa seguir escribiendo? ¿Tiene en mente nuevas historias?
Escribir te permite soñar despierto, y eso me gusta, puedo viajar cada tarde sin moverme de casa. Seguiré escribiendo. La próxima novela será de terror. A la manera Fernandezbross, pero de terror y con santos.
Y teniendo en cuenta su experiencia con Click Ediciones, ¿volverá a colaborar con ellos en próximas publicaciones?
Si ellos quieren colaborar conmigo, estaré encantado.
Para acabar, pensando en lo último que haya leído o un libro que le haya marcado… ¿Qué libro recomendaría a los lectores de De lectura Obligada?
El amor en los tiempos del cólera. Lo empecé tres veces y por tres veces tuve que dejarlo. En las primeras hojas, cuando un doctor anciano perseguía a un loro. Me ponía demasiado triste. Todo está lleno de vida y él está muriéndose. ¡Ese libro si que hace saltar las lágrimas y no los documentales! A la cuarta fue la vencida. Me encantó. Y no es un homenaje a Gabriel García Márquez; es una verdadera joya.