Abel Santos es un poeta que se ha hecho a sí mismo después de superar circunstancias muy adversas que, de algún modo, le condujeron a la poesía, en la que sigue la estela de los autores del, a mi juicio, mal denominado realismo sucio, pero también de la, a mi juicio también, mal llamada poesía de la experiencia. En esta primera entrega te dejo con dos muestras de su quehacer poético, de su tercer libro: Todo descansa en la superficie:
BÉSAME MUCHO
para Manuel Olivas
A la vidano le importa si te escondesal lado de definiciones tipo:
O blanco. O negro.
Todos nos veremos las carasen esta mesa redonda y gris.
Ya lo dice esa otra canción:La vida te lleva por caminos raros...
Mientras tanto, ella te besacon sus llamativos labios.
DEFENSA PERSONAL
Noche de domingo. En casa.Una pareja se pelea en plena calley los gritos llegan, como un gancho de izquierdaen el mentón dormido,a nuestra habitación en una sexta planta.Pienso en aquella frase de Carverque habla del material útil para un poema:Coge todo eso, utilízalo.Inclinados en el balcónvertiginoso de los hechos, no se me olvidanlos malos tragos que paséy que hice pasar a algunasa la salida de un bar. Ahora entiendoun viejo proverbio, te digo,ojeado cuando era adolescenteen una revista de formas de autodefensa:"Ata a dos pájaros juntos,creerás que tienen cuatro alas,pero no podrán volar".Y es un buen método,tú y yo estamos de acuerdo, abrazadosde regreso a nuestro nido,para que los dos guardemos distancias,
contra lo que se llama amor.
Abel Santos. Todo descansa en la superficie. Ediciones Vitruvio, 2013. Del prólogo: Vicente Llorente.